El día 30 de octubre celebraba mi cumpleaños número quince como si fuese cualquier otro día normal. No me parecía la gran cosa, despertar, asomarme a la ventana, ver las calles sombreadas por las arboledas, y simplemente era un día más. El mirar por la ventana me traía súbitos recuerdos melodiosos y sentimientos nostálgicos todo el tiempo, y no los comprendía bien... Yo nunca fui una persona de emociones alegres. Soy más bien, reflexivo, y observador.
Temprano en la mañana, los rayos del sol al atravesar el cristal me sacaron de uno de los sueños más extraños que he tenido. Habían venido siendo cada vez más insólitos y algo en su transcurso parecía no figurar bien, pero eso lo ignoraba casi del todo. Recuerdo haber logrado grabar la mayor parte de la visión: una ventana, sobre la cual me apoyaba, atónito, viendo en el oscuro cielo nocturno aquel siniestro vórtice nebuloso de luz pálida, del que emergían dos monstruosas esferas negruzcas de un material que no podía reconocer. Lentamente eran atraídas hacia un terrorífico y descomunal espectro luminoso rojizo y opaco, dirigiéndose a las puntas de sus alargados y extraños brazos. La faz de aquel monstruo producía una sensación superior al terror, que me mantenía preso de mi cuerpo inmóvil, mientras sentía, a la vez, que de algún modo nadie que estuviera a mi alrededor podía notar lo que pasaba.
De repente el espectro se esfumó al instante en que las esferas fueron absorbidas por el vórtice que desapareció sin ruido alguno, y poco después rápidamente salió el sol. Lo último que recuerdo es que unos instantes después del amanecer súbito, frente a las miradas de las personas desconcertadas que salieron a las calles, el sol empezó a emitir rayos de un anaranjado inusual, y sobre el costado de un edificio blancuzco, el cual confusamente se curvaba hacia el suelo, aparecieron varias marcas de zarpazos ardientes como el fuego y brotaban de ellas hilos rojos como sangre. Todo después fue tan aterradoramente frenético que ni siquiera supe en qué momento, ni de qué manera desperté, distanciado totalmente de ese sueño. Y me encontré en la misma habitación, mi misma conocida habitación de siempre.
En el marco de la ventana entreabierta un poco había un pedazo de papel doblado, que casi salió volando cuando la abrí para tomarlo. Tenía algo escrito en él, y cuando logré por fin atraparlo pude ver mejor lo que era: una carta, de Ashley, dejada hace poco. Miré afuera a los alrededores sin poder encontrarla, y el espesor de los robles junto a la acera tampoco me hubiera permitido ver más desde donde estaba. Pero era evidente que había pasado por ahí, dejando su marca personal (así suele hacer con casi todo). Sin pensarlo más me senté junto a la cama, y en cuanto estuve un poco más despierto me dispuse a leerla, muy detenidamente.
"Hola Noru, buenos días.
Espero que hayas tenido un descanso placentero. Siento interrumpirlo pero es un día especial, obviamente lo sabes, por eso estás leyendo esto justo ahora. Ya sé que no te gustan este tipo de fechas, pero este año estoy totalmente decidida a cambiar eso. Te tengo una sorpresa para hoy, y promete ser algo que no olvidarás, te lo aseguro.
¿Recuerdas la vieja Mansión Leonor? ¿La que está a las afueras cerca del lago? ¿La que según dicen está embrujada? Seguro que sí.
Hoy, es víspera de Halloween. Siendo honesta, te envidio por cumplir años en esta temporada, pero a la vez me emociona, porque lo que hagamos es todavía más especial. Búscame por la prolongación de la calle Lentz 56 a las 5 pm, ya verás lo que te espera.
Para mi Noru Ramsley, Ashley Taggart."
La carta tenía el aroma a Ashley por todas partes. Sin ver el nombre supe que era suya. Ese particular olor casi imperceptible envolvió el cuarto entero cuando la desdoblé, y no se disipó ni con la ventana abierta en todo el momento que tardé leyéndola. No tendría manera de llamar "descanso placentero" a una pesadilla como aquella que acababa de dejar oculta en el subconsciente, y tampoco ella podría hacerlo. No, ni siquiera a imaginarlo alcanzaría... Pero sin importar eso, era innegable que tenía una manera muy única y especial de plasmar en papel cada cosa que pensaba.
ESTÁS LEYENDO
Nether Soul
FantasyLa naturaleza tiene su lado oscuro, impenetrable, difícil de comprender. Es allí donde cualquiera pierde la cordura, donde los monstruos más siniestros juegan con la mente y esparcen el terror. Pero aquellos que han logrado superar sus mayores temor...