Capitulo I

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Observe mi entorno y vi que todo es hermoso, en la entrada se posa un gran jardín resaltando su variedad de colores, debido a la considerable cantidad de fauna ¿y como no habría de tenerla? Me pregunté. Nótese mi sarcasmo, si estamos en el medio de la nada. A diferencia del jardín La casa no es cosa de otro mundo,posee un pequeño porche y unas tres escaleras hasta entrar a la casa, sus paredes con mi basto conocimiento en arquitectura diré que están hechas de ¿madera? Pero no como las cabañas que se encuentran hechas por grandes troncos, sino en todo el sentido del término de madera, un rectángulo con hoyuelo en sus costados donde se encuentran conectados por medio de sus tornillos, además la puerta tiene un mosquitero, ¿ de en serio?

Ventanas que se abrían solo la mitad, vidrios que parecían que no se limpiaba hace más de un siglo y cortinas creo que eran tejidas a ¿crochet? Ni en la casa de campo de mi abuela cuanta con tanto lujo.

Como dice el dicho no juzguen un libro por su portada, esperó que la casa le haga honor a ese dicho, pero siempre existen excepciones.

Entre y si, esta es la excepción.

La casa es horrible, aún sigo sin comprender por qué compraron este inmueble en tan malas condiciones.

Sus paredes son de un color cobalto con unos toques de grises o negros no se si son manchas de humedad o que esta casa no ha tenido un refaccionamiento por un tiempo, el piso y el techo eran de madera, esperó que en los días de lluvia no se inunde por que ya me veo colocando cubetas y ollas por toda la casa.

- Alaia, vamos a nuestro cuarto - la que habla es Lana mi hermana gemela.

Subimos las escaleras, ya que la casa posee dos pisos, levanté mi pie para posicionarlo en el primer escalón y se escuchó un crujido. Otra refacción a esta casa que se cae a pedazos.

Lana abrió la puerta, de al parecer nuestra habitación.

- Mira Alaia es igual a nuestra antigua recámara- dijo emocionada.

Y tenía toda la razón, sus paredes son de color lila, un gran ventanal que daba a una hermosa vista a lejos se ve una montaña y mucho verde, eso si valía la pena mirar cada día cuando te levantas. Los pisos son de madera, pero plastificado a diferencia del resto de la casa, en las esquinas se encontraban nuestras respectivas camas, al lado se encuentra una mesita de luz, mi mesita de luz, de color azul, ya que es mi color favorito con un poco de marrón ya que le había hecho unos detalles vintage y la lámpara que mi abuela paterna me regaló antes de morir.

-esperó que le haya gustado la sorpresa hijas con su padre pedimos que la refaccionen y que le decoren al igual que a su antigua habitación - dijo su madre con una mirada mas que curiosa, esperando mi respuesta.

-ok, mamá- no la miré, sólo dije eso y esperé a que se fueran y ello fue lo siguiente acción que realizaron.

-eres mala Alaia, no pudiste tratarlos mejor sabes que hacen todo lo posible para que tu estes mejor-

Si alguien más me dijera esas palabras me entraría por un oído y me saldría por el otro. Pero no en este caso.

-cállate- dije molesta.

-no, no me voy a callar nada, queremos ayudarte sabemos por lo que pas.....perdón hermana debería callarme- dijo apenada.

-está bien discúlpame a mi, pero me molesta que nos hayamos mudados para mi fue como escapar, y para mi por muy grandes y dolorosos que sean los monstruos que viven en nuestra mente hay que enfrentarlos- eso es lo que yo pienso desde lo que me sucedió aunque no lo lleve a la práctica..

-basta de hablar cosas feas, hermana- se paró de la cama y se encaminó hacia el espejo - ven Alaia-

Desde lo que pasó, no he querido verme en un espejo por la vergüenza, lastima a mi misma, culpa y por miedo a recordar lo que tanto quiero olvidar y no puedo. Como me gustaría tener un botón en mi cerebro, como en una computadora en el que tan solo con un click un archivo es enviado a la papelera de reciclaje, pero no, este cerebrito evolucionado no lo tiene.

Me posicione a su lado a pesar de mi negación, como no quería verme miré el reflejo de mi hermana. Cualquiera podría decir que somos idénticas tenemos el pelo negro herencia de mi madre al igual que los ojos verdes, con la excepción que en mi, yo tengo heterocromia. Uno es verde como el de mi madre y otro marrón como el de mi padre. Nuestra piel es blanca tan blanca que cuando tomas sol solo te pones del mismo color que una frutilla. Dos chicas comunes de 17 años una con ojos verdes y otra con heterocromia algo que ayuda y mucho a diferenciarnos.

Miré por la ventana y ya estaba anocheciendo y no quería dormir ya que volverían mis terribles pesadillas.

-niñas vengan a comer-

Bajé las escaleras fui hacía el comedor, me estaba esperando mi comida preferida milanesas napolitana acompañadas de papas fritas.

- cociné tu comida preferida- dijo mi padre ya que él siempre es él que cocina, mi madre en cambio, hace un huevo frito y aún sigo sin comprender como se le pega al sartén.

Me senté, comí mi cena, hace mucho que no disfrutaba algo tan rico, ya que en el hospital mi comida siempre era pollo sin sal acompañado de lechugas ni siquiera condimentada y de postre gelatina sin sabor.

En la mesa nadie habla nuestra mirada está centrada en la comida como si fuera lo más divertido del planeta hasta que mi padre tuvo que hablar ya que al igual que mi hermana no aguantaba los silencios.

- como es viernes pensamos que sería una buena idea que mañana visiten el pueblo que se encuentra a unos 35 kilómetros, en auto llegarían en menos de una hora. Y por lo que nos dijeron es muy tranquilo y vale la pena conocerlo ya que aún posee la arquitectura del siglo XVII decía mi padre entusiasmado.

-me encantaría dijo emocionada Lana- a ti te encanta la arquitectura antigua Alaia- dijo sonriente.

Mis ganas de ir son cero pero alce la mirada y vi los ojos expectantes de mis padres y hermana, no pudiendo rechazar la invitación.

-bueno-

Ante mi contestación, todos volvimos a nuestra cena, ya una vez terminada mi madre levantó los platos y yo me fui a mi habitación a dormir cosa que no quería. Fui cerrando mis ojos hasta finalmente quedarme dormida. mientras que en su mente sucedía el siguiente hecho:

En un auto se encuentran cuatro personas dos mujeres y dos hombres, que van camino a una fiesta, entre ellos había risas, bromas, alcohol, droga, en simples palabras malas combinaciones en adolescentes, pero en un momento el conductor perdió la noción ocasionando que el auto se fuera hacia el barranco produciendo un grave accidente para ellos. Una de las chicas estaba consciente y vio hacia el lado del conductor y vio que en su lugar no había nadie.

-NO, No! - grité hasta sentir como mis cuerdas vocales desgarraban mi garganta..

-Alaia, Alaia-

De quién es esa voz - ¿quién eres?- pregunte ya que había abierto los ojos, pero algo era muy raro me encuentro en mi habitación pero no me siento como si estuviera en ella. intente observar de donde provenía la voz, pero solo fue un intento fallido, por que al parecer venia de todo lados, es como si hubiera varias personas todas a mi alrededor hablando mismo tiempo,

-Alaia no te preocupes todo volverá a estar bien, no puedo prometerte que todo será igual, pero cambiarás y tu camino será para mejor. Todo esto no quedará más que en el olvido una vez que logres superarlo.

luego,sentí que alguien me mecía de un lado hacia otro hasta finalmente salir de la vigilia que me encontraba, pero sin abrir mis ojos.

-Alaia, alaia despierta-

Entre Abrí mis ojos, vi a mi hermana en peores condiciones de la que yo me encontraba. Sus ojos estaban rojos e hinchados de llorar y ya gimoteaba de tantas lágrimas.

-discúlpame hermana, no te quise asustar- dije apenada aún llorando.

- no te preocupes, estás mejor?- me dolía y mucho ver así a mi hermana, pero no puedo hacer nada, me siento de manos atadas sólo puedo estar con ella, abrazarla, decirle a papá que cociné tu comida preferida, despertarla cuando tiene esas horribles pesadillas.

-sí, pero me gustaría que duermas conmigo, quieres?

-claro que quiero, como cuando éramos niñas- me sonrió y se acostó a mi lado.

La abracé, ella igual, volví a cerrar mis ojos pero esta vez sin miedo ya que aquella voz de mi sueño era tan reconfortante y a su vez refleja un sentimiento de pacificad.

Finalmente, cerré mis ojos para entregarme en los brazos de morfeo.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2019 ⏰

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