Alexandra, una vampira en una manada.
Se resignó a su vida permaneciendo alejada y callada.
Hasta que cosas cambian inexplicablemente.
Su hermana asesinada, su hermano vuelve, a quien conoce desde pequeña se transforma.
Todo cambia, pero su vida ti...
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—Alex— llama.
—Isaac— hablo de la misma manera.
—Hola— sonríe —Sabes, ahora que nadie quiere asesinarnos y tenemos tiempo tal vez podríamos salir—
—¿En serio? — pregunto.
—Dijiste que nos diéramos tiempo, aunque la verdad yo no quiero hacerlo, ya que estoy convencido de mis sentimientos hacia ti, aun así, no me molestaría salir y hacerte ver que debemos estar juntos— explica.
—Te estás volviendo bueno para dar argumentos— comento —Pero no puedo, debo ir a ver a Deaton—
—No estás evitándome ¿cierto? —
—No tengo porque— cierro mi locker —Solo te digo que pospongas la idea de la cita—
—¿Estás aceptando? — sonríe.
—Tal vez—
El timbre suena, así que me volteo y camino a la salida para dirigirme a la veterinaria.
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—Deaton— llamo al entrar.
—Pasa, Alex— lo escucho desde dentro.
Me mantengo lejos por el perro al que está sanando, los caninos no me quieren como yo quisiera.
—¿Cómo estás? — pregunta él.
—Relajada lo cual es raro— respondo —¿Y tú? —
—Trabajando— asiento mirando al perro.
—¿Me necesitabas para algo? — él me mira —Dudo que me llames solo para saber cómo estoy—
—Lamento darte esa imagen—
—No, de hecho, está bien, pero imagino que sucede algo ¿no? — me siento en donde normalmente me acomodo cuando vengo.
—De hecho, sí— suspira él —Necesito tu ayuda, verás tengo una sobrina, quedo sola cuando los gemelos asesinaron a mi hermano, era su emisario—
—¿Y porque no vas por ella? —
—Se irá si me ve llegar, ya le había hablado sobre venir, pero se negó—
—¿Por qué crees que conmigo aceptará? — suelto sin entender.
—Porque tienes a Nate— responde, asiento al entender —Ha estado todo este tiempo sola—
—Pero si se negó a entrar a Beacon, no cambiará su decisión—
—Yo respete su decisión, pero a pesar de que se negó, está viviendo en el límite de la entrada a Beacon Hills— explica él —Sé que Nate puede hacerla venir, la prefiero aquí que sola—
—Bien, le diré a Nate e iré con él— acepto.
—Puedes preguntarle a Scott, para que te acompañe— sugirió él —En medio de la carretera hay unas casas que muy pocas veces están habitadas, estoy seguro que está allí, se llama Lina—
