-Me engaño, ese imbécil me engaño, creí que estaba de mi lado, el solo defendía a esa pequeña perra, es un estúpido hipócrita, se arrepentirá de haberme traicionado...se arrepentirá de haberse ido con esa inútil, es una zorra...ella era mía, y lo será nuevamente.
Decía con voz ronca y espeluznante a su compañero de celda, el cual estaba a unos cuantos metros de él.
Después de que su amigo Gilinsky lo denunciara a las autoridades por secuestro y explotación a menores, juro venganza, al igual que a ese pequeño estúpido hipócrita que se hacía llamar su hermano.
Él era peligroso, solo bastaba con observar sus fríos ojos azules para saberlo....
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Novela originalmente mía, no se permiten adaptaciones.
