En una tarde muy hermosa dos saiyayines (o cómo se escriba) caminaban agarrados de las manos en un campo lleno de rosas de diferentes colores y de un solo color, los dos se sentaron y miraron el atardecer, los hermosos cantos de los pájaros sonaban, una cascada que no estaba tan lejos de ellos. Todo estaba tan tranquilo hasta que uno de ellos decide dedicarle un hermoso poema.
Vegetto: Corazón, en este momento me gustaría dedicarte un hermoso poema.
Gogeta: Bien, te escucho
Vegetto: "Uno, es la mínima cantidad de besos que robaré de tus labios, impregnándolos de recuerdos eternos y deseos circulares carmesí."
Gogeta: –le da un beso en la mejilla
Vegetto: "Uno, es la fidelidad de mi cuerpo envuelto en llamas de deseo, producto de los ecos visuales que brotan en mi habitación" –sonríe
Gogeta: –se sonroja y lo mira a los ojos
Vegetto: " Uno, es el minuto que pasaré sin mirar tus ojos y abandonare tu rostro celestial, solo para entender que el amor también es tiene profundidad"
Gogeta: Vegetto...me haces sonrojar más de lo que estoy–desvía la mirada
Vegetto: " Uno, es el número de palabras que describen la innumerable lista de razones por la que enloquecí, la voluntad eterna para empezar una vida junto a ti y sentimiento, para nada ajeno, de morir si no estás aquí" ...te amo
Gogeta: Yo también...te amo–lo último lo dijo susurrando
Los dos se dieron un hermoso beso y beso de amor verdadero, los dos sabían que nada ni nadie los podían separar por que esto es LA LUZ DE MIS OJOS...ERES TÚ.
Esta hermosa historia recién comienza, los dos saiyayines se separaron del beso, aquel beso que transmite amor ese gran amor puro que solo ellos dos podían sentir.
Vegetto: Te veo mañana, cariño.
Gogeta: Está bien, pero no llegues tarde.
Vegetto: No te preocupes no lo haré –sonríe– además me gustaría pintar junto contigo.
Gogeta: Lo voy a pensar, pero por ahora descansa que ya se está haciendo tarde –le da un pequeño beso en los labios
Vegetto: Si...tú también descansa –se acerca a su oído y le comienza a hablar– por qué si no lo haces, no creo que puedas caminar al día siguiente.
Gogeta: Eso ya lo veremos–comienza a reír– descansa mi tontito.
Vegetto: Descansa bombón.
Aquel saiyayin rubio se va volando a su casa mientras que el otro saiyayin con los pendientes se quedan mirando a su amor que desaparece de su vista, pasando unos cuantos minutos este se va pero con una sonrisa que nadie lo puede explicar.
El amor te vuelve ciego y no te deja ver la realidad, pero tal vez no sea de esa manera. Cada uno elige su camino y este par de enamorados saben lo que sienten en realidad.
Dos saiyayines con un mismo sentimiento, los dos se aman pero tal vez el destino quiere otra cosa para ellos.
CONTINUARÁ...
Poema: "Uno"
Autor: "Juan C. Morales"
El poema no me pertenece pero les dejo el autor para que lo busquen y lean sus demás poemas si es que quieren.
Les aclaro que todos los poemas que va haber de hoy en adelante va hacer de esa persona. No son inventadas, eso es todo.
Espero que les guste esta historia hasta la próxima.
