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Echoes of your name inside my mind
Halo hiding my obsession
I was once poison ivy
But now I'm your daisy

Ecos de tu nombre dentro de mi mente,
un halo escondiendo mi obsesión.
Una vez fui una hiedra venenosa,
pero ahora soy tu margarita.


Dicen que uno nunca cae en la cuenta de sus errores mientras los comete: hace falta quedar embarrado hasta el cuello para echar la cabeza hacia atrás y ver el desastre ocasionado.

—¡Aquí, Baekhyun!

Chanyeol no se molestó en ocultar la radiante sonrisa que se le escapó, incluso agitó los brazos en el aire, lo que ocasionó que Baekjhyun soltara unas carcajadas avergonzadas.

—¡No tienes que hacer un espectáculo! —Baekhyun lo empujó por el hombro, acto que se aseguró de exagerar, tirándose al suelo con una voltereta extraña.

Ni bien acabó de hacer el ridículo, Chanyeol escoltó a su amigo hasta el estacionamiento. Esa mañana había prometido llevarlo a su casa por la ausencia de Junmyeon, quien tenía los horarios extendidos por prácticas. Nadie más podía acompañarlo; de todos modos, su grupo de amigos estaban en ese año, por lo que todos dependían de ese caprichoso catedrático y su imposición de horas extras.

Se había mentalizado toda la mañana de no actuar extraño frente a Baekhyun. Aunque ¡no tenía que evitar nada! Aquello no era extraño, en todo caso era todo lo contrario. Solo se trataba de un amigo llevando a otro amigo a su casa, un favor cualquiera.

—¿Está bien si pongo el GPS en mi celular? Para no perdernos —preguntó revisando el aparato, listo para sostenerlo e indicarle al contrario la mejor ruta.

Apenas estuvo encendido el motor, el aire acondicionado hizo acto de presencia. No había caído en la cuenta de lo bien que olía Baekhyun ese día. Claro que notó el perfume de agradables matices que cargaba el pequeño, pero con el aire circulando en un espacio tan cerrado comenzó a sentirse embriagado.

—¿Entonces...?

Chanyeol volvió en sí y asintió con la cabeza, no sabía a qué exactamente, pero lo hizo.

No estaba mal hacerle ese tipo de favores al novio de un amigo, ¿cierto? Kyungsoo actuó como un completo exagerado al regañarlo constantemente los últimos días. «Hay límites que respetar, una línea que no debe cruzarse». ¡Por favor! No se estaba lanzando al adorable chico sentado junto a él, no le aplastó las mejillas con varios besos ni mucho menos invadió su espacio personal con abrazos por la cintura.

Baekhyun era genial, no podía evitar sentirse terriblemente cómodo a su lado. Era algo que nadie podría quitarle, así que no debía sentirse culpable.

—Muchas gracias, espero no haber sido una molestia. —Esbozó una sonrisa dulce, a punto de bajar del coche.

—¡Para nada!

Quiso decirle mil cosas más, un «quédate un rato más» acompañado de sentimientos que ni él comprendía, pero eso definitivamente era cruzar la línea de la que Kyungsoo le había hablado toda la semana. Debía demostrar ser racional y, sobre todo, correcto.

—¡Por cierto! —llamó al bajito cuando este ya había bajado del auto. Se inclinó hacia el lado vacío para llegar a la ventana más cercana al cuerpo exterior—. Yo, eh, haré una fiesta el sábado, ¿por qué no vienes, cachorrito?

¿Por qué debía sentirse atraído por Chanyeol? Baekhyun se detestaba por seguir arrastrando esos sentimientos a la fecha. No le permitían emitir juicios razonables, mantenerse en sí mismo o siquiera aparentar aquello que antes había prometido.

Carnalmente astutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora