un pastelito, por favor. ㅡ jimsu.

único.

yoongi era un chico muy tranquilo, no era muy amable; eso solo pasaba si lo encontrabas de buen humor, pero tampoco era grosero...o no a propósito.

en busca de dinero, yoongi fue a buscar trabajo en una linda cafetería, donde ahora mismo trabajaba. si bien, a veces tocaban unos clientes especiales (con esto se refiere a los demandantes y que tratan pésimo a los trabajadores), le gustaba su trabajo. mayormente era tranquilo, y siempre contaba con un olor dulzón, gracias a los postres que se hacían a diario.

últimamente, yoongi ha captado a un nuevo cliente; un chico de cabello rosa, con sus adorables mejillas y una bonita sonrisa (quién siempre le dejaba verla cuando le daba su pedido y el chico le agradecía), unos muslos de ensueño (esto lo logra ver gracias a los grandiosos pantalones apretados que gusta de usar el contrario), y unos brazos fuertes y musculosos (aunque sin ser excesivo). aunque yoongi quiere negarlo, le agrada ver el chico de su misma estatura, siempre esperaba verlo.

y, aunque yoongi también lo niega, siempre tiene preparado el pastelito que siempre pide el chico cuyo nombre desconocía.

era martes, normalmente en estos días eran los más atrajeados en la cafetería, puesto que muchos adultos trabajadores o estudiantes con penas de exámenes, venían aquí por un café bien cargado y un postre dulce. por suerte, el trabajo de yoongi correspondía a estar detrás de un mostrador y tener que cobrar lo que venía en la factura que anteriormente él les había dado.

fácil y sencillo.

hubiera sido si taeha no hubiera faltado al trabajo, puesto que ahora tiene que estar de aquí para allá con los pedidos; siendo un mesero.

ㅡ ¡ah! ¡maldición! ¡te dije que llevaba canela, no comino! ¡¿por qué carajos tenemos comino?! ㅡ yoongi escuchó los gritos de su compañero, quien se encontraba en el cuarto de atrás, más específicamente: en la cocina.
el pálido negó, una sonrisa divertida apareció en su rostro mientras tomaba aquél café dulzón y un pastelito.

"mesa 13", decía aquél papelito con una caligrafía muy fea, supuso que pertenecía a jackson.  soltó un suspiro y caminó con cuidado, no quería que la charola cayese y se derramara el café con el pastelito. una vez, estuvo frente a la mesa trece, dejó el pastelito y al café.