Loco Amor

Viaje

Estamos de maravilla en este paraíso, Nate se ha portado excelente y si, nos hemos besado y actuado como novios; me siento perfectamente bien, creo que me gusta tanto física como emocional, Chris tenía razón.

El jueves por la noche antes de que nuestro vuelo saliera, el director publicó en la página web de la uni que al día siguiente no había clases hasta el lunes, así que no me perdería de ninguna práctica ni partido; regresaríamos el domingo por la noche para que el lunes llegáramos a clases.

Mis padres nos rentaron una casita con piscina, la verdad es preciosa; nunca había venido a Santorini pero me encanta.

-¿Estas lista, bonita?-dijo Nate bajando las pocas escaleras
-¿A donde vamos? Hoy tenemos que regresar
-Lo se, vamos a comer algo y regresamos por que el viaje es de 13 horas y quiero que estés bien alimentada; aparte ya le pedí al ama de llaves que preparará nuestras maletas para cuando lleguemos-dijo tomando mi mano y sonreí
-Vamos

Estoy de regreso, parada enfrente de la puerta de mi casa; Nate no ha soltado mi mano desde que baje del auto y estoy agradeciendo demasiado ya que la escena que tengo frente a mis ojos no me deja ni estar de pie
-Hanna-dijo su dura voz, mis piernas no respondían-¿Cómo te fue?-dijo tratando de acercarse a mi, pero Nate lo impidió poniéndose entre él y yo-¿Quién eres tú?-dijo viéndolo con desprecio
-Nate Maxwell, su novio-dijo sonriendo extendiendo su mano pero Shane no la tomó
-Nate... perdona por esta situación incómoda, pero que te parece si más tarde te llamo-dije fingiendo una sonrisa
-No, bonita, tú no estás bien y no me pienso ir hasta asegurarme que lo estés-dijo abrazándome con solo una mano y sonreí agradecida
-¿Hanna no piensas pasar?-dijo Zack en el pie de la puerta, tenía ojeras y su barba crecida más de lo habitual-Buenas noches Nate-dijo saludando a mi acompañante
-Buenas noches Zack, ahora pasamos-dijo Nate tomando mi mano y caminamos juntos a la puerta, cuando vi a mi padre lo abracé con todas mis fuerzas y él me correspondió el abrazo
-Te quiero, papi-dije en su pecho
-Yo a ti, princesa y perdóname por no decirte la verdad-dijo cuando nos separamos y sonreí, camine hacia la sala en donde estaba mi madre, todos mis hermanos y Cole, ¿Qué? ¿Qué hace aquí?
-Mami-dije abrazándola
-Preciosa-dijo besándome la mejilla y su mirada se dirigió a mis espaldas en donde estaba Nate caminando junto con mi padre sonriendo
-Te presento a Nate Maxwell
-Un gusto Mariel Evans-dijo mi madre abrazándolo y el gustoso se lo regreso
-Te presento a Ian, Dylan y Cassidy mis hermanos-dije sonriendo y todos lo saludaron amablemente hasta Cassidy y en ningún momento le coqueteo, nuestras miradas chocaron y me abrazo efusivamente
-Lo siento-dijo en un susurro y sonreí
-Ya no importa
-Un gusto, Cole Green-dijo Cole seriamente a Nate quien le extendió su mano y Cole la aceptó
-Nate Maxwell, novio de esta linda chica-dijo tomando mi cintura con una mano y beso mi mejilla haciéndome sonrojar
-Ven, vamos a sentarnos-dije tomando su mano y nos sentamos en el sillón más alejado de Cole, pasó su brazo por mis hombros y me atrajo hacia el, cerré los ojos inhalando su varonil perfume
-Bueno Hanna, me dijo Zack que ya estabas informada de tus orígenes-dijo Shane seriamente sin sacar sus manos de los bolsillos y asentí-Entonces te voy a sacar de mi testamento y olvídate de tus regalos, también de los viajes este al que fuiste fue el último de mi parte-dijo y asentí con una sonrisa
-No por que aquí estén Nate y Cole quieras decir que me mandaste muchos regalos en mi vida y solo al año colaboras la mitad de esos viajes, te dije que este año no quería ir y te valió; así que por eso gasté más de lo necesario.
-Si Hanna, no te daba nada, ni te marcaba, ni me preocupaba por ti; pero ahora menos, eres una bastarda-dijo cínicamente haciendo que Nate se levantara y le diera un puñetazo en el pómulo derecho haciéndolo sentar
-Nate-dije tomando su mano y llevándolo a mi habitación, cerré la puerta y nos sentamos en la cama, lo abracé y me correspondió el abrazo como siempre
-Se que no eres mi novia pero nadie te faltará el respeto cuando esté yo presente-dijo sobando mi espalda y me despegue de su pecho, lo jale suavemente del cuello de su camisa y lo bese suavemente, al instante el me correspondió, nos acostamos en la cama sin romper el beso.