Transcurrieron unos segundos de silencio, eternos para ellos pero fugaces para un reloj. Martín se sorprendió muchísimo, sus labios entreabiertos lo demostraban. Ambos rojos como tomates cruzaron miradas llenas de sentimientos.
-Este... Yo...-intentó decir Martín.
-Nooooo -gritó silenciosamente.-. No digas nada. Soy una bocona. Mi error. No lo pienses, no lo mal interpretes, ¡no nada! -siguió hablando penosa y acelerada con un matiz rojo en su rostro mientras Martín la miraba con ojos oscuros.
-Él tenía razón -susurró Martín por lo bajo.
An iba a contestarle con prosiguiendo con su discurso pero la película que estaba comenzando los hizo callar a los dos.
El ambiente oscuro se iluminó por el logo representativo del mundo de héroes y su silueta blanca se fue abriendo paso por la pantalla como si del sol se tratara iluminó toda la pantalla y toda la sala del cine en conjunto con la música estruendosa de apertura.
Las mentes de los dos jóvenes quedaron hipnotizados por la representación de sus historias favoritas.A las pocas horas salieron de aquella sala de cine entre una multitud de personas, algunas al igual que ellos con disfraces. Todos salieron anonadados y emocionados, la historia y representación de personajes se apegaba bastante a los cómic originales y la representación por parte de los actores había sido espléndida. Además, las escenas post-creditos habían revelado que esa película tendría una continuación.
-¡¿Puedes creerlo?! ¡Sacarán a "Pi"¡ -exclamó An.
-Increíble, lo admito. Pero creo que la sacarán poco o su aparición será luego de la siguiente película. -dijo pensativo.
-Tienes razón, no han preparado todo para su aparición. Falta un holocausto, la venganza y tal vez el rito del despertar... y tan solo que la hayan mostrado significa que lo que sucederá a continuación...
-SERÁ ÍNCREIBLE -dijeron los dos a la vez emocionados.
Sus teorías de cómo las siguientes secuelas acoplarían la trama de los cómics salían disparadas de sus labios rápidamente, pero a medida se acercaban al hogar de An las palabras se fueron agotando y un murmullo interior en ambos les recordaba el apasionado beso en la pantalla grande.
Martín miraba a An ocasionalmente por el rabillo del ojo consternado, preocupado, mientras recordaba las palabras de su padre: "Se un hombre". Él apretó con fuerza el timón de su automóvil y aceleró. La vista de An se encontraba enfocada con el paisaje que se revelaba a través de la ventana del copiloto, sus ojos lo veían pero no lo observaba. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no notó lo que a su amigo le ocurría ni hace cuánto habían dejado de hablar con tanta rapidez, sólo se percataba de una cosa.
Ella quería poder sentir lo que en los libros y películas describen. La atracción inherente de dos personas que se aman y se desean tan fuerte que sienten cada nervio de su cuerpo explotar en éxtasis cada vez que se ven, se besan o se acarician.
El carro frenó lentamente enfrente de la casa de An de dos pisos y exterior celeste.
-Gracias por hoy, fue lindo. -dijo An sinceramente.
Martín sonrió.
-Gracias a ti.
Martín quedó pensativo viendo como An recogía sus cosas del Audi y las sacaba de su auto, como le daba un beso en la mejilla de despedida y se adentraba a su casa. Él vio como ella caminaba dentro de la propiedad cargando sus pertenencias y como subía las pequeñas escaleras blancas de la terraza que llevaban hacía la puerta principal.
-An. Espera... -dijo antes de llegar velozmente a su lado. La vio detenidamente apreciando cada detalle del rostro de su amiga mientras poco a poco acercaba sus labios a los de ella.
-No, Martín, detente -lo detuvo.-. Lo siento, nuestra amistad está bien así. Lo que dije lo dije para mí, no quería comprometerte ni presionarte para que pasara algo así. Buenas noches.
Fue lo último que le dijo antes de entrar a su casa.
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Yo sólo quiero entrenar
RandomEsta es la historia de An, la pelirroja a quién sin darse cuenta termina enredada en un trío amoroso entre su mejor amigo y su compañero en el ring. Sin embargo, An no comprende el amor y no sabe que desea. Lo único que ella ignora es que los dos ch...