Azul no es una chica muy sociable. Mientras sus compañeros aprovechan el recreo para reunirse con sus amigos y charlar o jugar con la pelota que escondieron de los directivos en el salón, ella ignora esas posibilidades y aprovecha para ir a su rincón —así lo denominó— para estar tranquilamente en su celular sin que nadie la moleste.
No me malentiendan; no es que ella no tiene amigos, los tiene. No muchos, pero ahí están. Pasa que estos o bajan al kiosco o quizá simplemente prefieren hablar con otras personas antes que con ella.
Esto no le afecta en lo absoluto; así había sido toda su vida y, de hecho, está cómoda de esa manera. Desde pequeña había descubierto que la soledad es una de sus mas grandes amigas dado que no la interrumpe si necesita pensar, si quiere leer un libro sumamente interesante o simplemente si quiere estar en paz.
También, a lo largo de los años, había conocido a su mejor amiga; ella misma. Azul es la única la cual comprende al cien por cien por lo que está pasando. Entiende sus emociones, sus sentimientos y sus planes a futuro. Ella nunca la juzga si es que, en una de las tantas noches donde no puede dormir, le comparte sus sueños, le cuenta cómo fue su día incluso si no hay nada interesante que contar. Siente que no necesita a nadie más mas que a ella misma.
Obviamente, también hay momentos donde ni su misma persona puede comprender qué es lo que habita en su cabeza. Y es que estando en la etapa de la adolescencia comienza a descubrir cosas que nunca antes había vivido tales como alborotos hormonales, pequeños "enamoramientos" que le agarran por algún que otro compañero de clase, peleas con sus padres aunque ni siquiera ella entienda el porqué... lo típico.
Sin embargo, sus mismos padres son quienes más se preocupan por su vida social. Siempre le preguntan por el resto de sus amigos, que cómo iban, que cómo andan en el colegio, que si les había preguntado qué habían hecho el fin de semana. A todas estas preguntas Azul responde siempre "no", "no sé" u otras frases cortas para así acabar rápidamente con aquellas charlas.
Su mentalidad siempre fue la misma hasta que un día, mientras se hallaba tirada en la cama hablando consigo misma, Azul comenzó a pensar que no estaría nada mal encontrar algún amigo. Al menos uno que realmente se interese por ella y que no solo le hable en clase.
¿Pero cómo? Quizá podría ir a la plaza que queda a tres cuadras la cual cuenta con cancha de fútbol e intentar unirse a un partido. Rápidamente desecha aquella idea. Azul es demasiado tímida como para acercarse a un grupo de desconocidos así de la nada. Sin contar que no sabe nada de aquel deporte.
También se le había ocurrido sumarse a los grupos que sus compañeros formaban en los recreos para charlar de ningún tema en específico, pero su timidez volvió a salir a flote. Ni siquiera podía hacer eso con personas que conocía de hace, mínimo, tres años.
Aburrida, y un tanto decepcionada de sí misma, decide navegar por Twitter para ver si puede encontrar algo entretenido que hacer.
Que irónico, piensa ella. Una persona con una vida social casi inexistente usando redes sociales.
Entre videos un tanto entretenidos y tweets poco interesantes, se encuentra con un hilo el cual llama su atención: fue abierto por un usuario el cual decidió mandarle un mensaje a su "vecino de número".
Intrigada, Azul se sumerge en el hilo donde descubre que esta nueva tendencia consiste en agregar a tus contactos a alguien con tu mismo número de teléfono, sólo que cambiando la última cifra. Ésta debe ser un puesto mayor o menor que la tuya.
La chica lee una gran parte del hilo el cual mostraba a diferentes usuarios llevándolo a cabo y obteniendo resultados tanto buenos como malos. Algunos pudieron conseguir tener una charla amena con sus vecinos, otros habían sido bloqueados. Esto, sin embargo, no logra detener la curiosidad de la adolescente ni las ganas de intentarlo ella también.
"Veamos que nos sale" twittea y se pone manos a la obra.
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Erica
Short StoryTener vida social nunca le había parecido importante y mucho menos interesante a Azul, sobre todo porque nunca tiene nada que contarle a los demás. Sin embargo, un día cambia de opinión y decide darle una oportunidad al azar enviándole un mensaje a...