3

19 1 0
                                    

A veces hacerse la fuerte no es bueno, y más cuando los problemas van y llegan hacia donde tí. ¿Amigos? ¿Porqué necesitar amigos? Si igual te traicionarán y querrán usarte como su juguete favorito.

—Esto apesta...

Dejó de comer para mirar a su al rededor. La cafetería de la escuela siempre estaba dividida en grupos. Los típicos populares, los bad boy y bad girls, los inteligentes, los motoristas... Aunque Marain se catalogue como motorista, no le gustaba entrar en grupos, pero tampoco tenía amigos.

Empezó a analizar sus siguientes actividades, habían pasado ya unos tres meses, pero había un gran problema llamado...

—Iker... —chocó su mano derecha con su frente—. Ahora vas a ver...

Rápidamente Marain se paró y dejó su bandeja encima del basurero. Buscó a Iker por casi toda la escuela, aún tenía él que pagar varias cuentas pendientes.

—Si cree que me quedaré con una miseria de dinero por arreglar su carro, está equivocado.

No lo encontraba, era como si se hubiera esfumado de la tierra. Pero Marain no se rendía tan fácil, continuó buscando hasta llegar al basurero que estaba justo en la parte de atrás de la escuela, ahí lo encontró.

—¡Al fin te encontré, Frederick! Me debes algo.

Había algo raro en él, normalmente solía disculparme con ella o trataba de calmarla, pero era todo lo contrario. Lentamente el chico subió su cabeza hasta encontrarse con ella ojos a ojos, lucía serio, enojado...

—¿Ahora que mosca te picó? ¡Ya no puedo esperar tantas semanas para que me entregues el bendito dinero!

—Lo siento —ahora sí lucía él—. Sólo que hice una apuesta...

—Ah, que bien... ¿Y mi dinero para cuando? —Marain de verdad estaba apurada por conseguir ese dinero, era difícil de explicar, pero razonable su apuro—

—La apuesta te involucra a tí, pero más a mí.

Marain dejó de respirar por unos segundos.

—¿Qué apuesta?

—Una competición —Iker pasó su mano por el rostro—. No sé cómo ocurrió, simplemente me retaron incluso me amenazaron de muerte, no lo pude evitar y te mencioné a tí para que competieras por mí.

—¿Porqué debería de ser yo? —tragó duro después de decir—

—Fuiste la primera que me pasó por la mente, aparte de la única motorista buena que conozco...

—Te mataría ahora mismo si tuviera un arma. ¿¡Qué mierd... te pasa por la cabeza!?

—¡Lo siento, ¿bien?! ¡No voy a jugar con mi vida otra vez!

—¡Pues estás también involucrándome en algo que te concierne a tí, no a mí!

—¿¡Te crees que sí supiera manejar motora no lo hiciera!?

—¡Eso te pasa por ser un problemático! Muy bien tuve que alejarme de ti desde que te ví, pero no lo hice.

—Perdoname...

—¿Y si no gano?

—Morire —sonrió lentamente—. No es como si me importara tanto, al fin y al cabo todos piensan lo mismo que tú hacia mi, no me sorprende. Pero...

Marain sabía a lo que se refería, y no pudo más en dejar su orgullo caer.

—¿La oveja negra de la familia?

Lovely Complex [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora