Capítulo 3. Arte.

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- Liam, ¿te encuentras bien? ¿Seguro que quieres ir a clase hoy? - preguntó la mujer apoyada en el marco de la puerta. Estaba preocupada por su hijo, su estado emocional con cada día empeoraba más. Apenas comía ni salía de su habitación, la cual siempre estaba a oscuras. Pero, de repente, hoy decidió ir a la universidad.

- Estoy bien, mamá... No puedo saltarme más clases. - a pesar de decir eso, su voz se notaba cansada y la mujer se dio cuenta de eso.

- ¿Seguro? Si necesitas cualquier cosa...

- Lo sé, mamá, pero no te preocupes. Ya estoy mejor. - dijo, saliendo con prisas de la habitación. Miró por décima vez la pantalla de su móvil, sin encontrarse con ningún mensaje de su amigo. Se lo esperaba, no iba a ser fácil. Pero lo peor estaba por llegar.

***

Me encontraba en el salón, sentado al lado de mi hermana. Ambos estábamos aterrorizados por lo ocurrido. No lograba entender cómo era eso posible, pero ahí estábamos, leyendo todas las noticias que encontrábamos sobre el caso de la muerte del anterior inquilino, todas relacionadas con el suicidio.
Por suerte, logré encontrar algo interesante en un párrafo de una de las noticias, donde ésta revelaba la universidad donde estudiaba aquel chico. Curiosamente, era la misma donde estudiaba yo. Qué... genial...

- ¿Seguro que no fueron alucinaciones? - me preguntó de nuevo sin apartar su mirada de la pantalla del portátil.

- Segurísimo. Tú también viste ese vaso, no me jodas. - cerré el diario y miré por un momento al techo para relajar la vista. Si hubiese estudiado en la secundaria como lo hacía ahora... aprobaría todas las asignaturas.
- Muy bien, hora de investigar.

- ¿Eh? ¿Te vas a ir? ¡No me dejes sola! - exclamó con un tono llorón que me parecía muy irritante.

- ¿Si te llevo conmigo dejarás de hablar así?

- ¡Sí! - alzó sus manos al aire, dirigiéndome una enorme y adorable sonrisa. Era imposible no amarla.

***

- ¿El departamento de Bellas Artes? ¿Estudiaba aquí? - preguntó igual de confusa que yo, mirando fijamente la puerta del edificio.

- Se ve que sí... - respondí, echándole un ojo una vez más a la noticia. - Bueno, ¿preguntamos?

- ¿Adam? - sonó una voz dulce y familiar detrás nuestro, que nos hizo girar al instante - ¡Anda, ¿qué hacéis aquí?! - la chica sonrió, acomodándose la mochila.

- Buenos días, Alice. - dijo Tessa con una leve sonrisa nerviosa.

- Adam... - soltó suavemente el chico que la acompañaba, sorprendido.
Pero aún más lo estaba yo. Hacía tiempo que quería hablar con Liam sobre lo que pasó ese día, pero ahora no podía hacerlo. Tenía que saber más sobre Sam.

- E-esto... nos tenemos que ir... - dijo Tessa, agarrándome del brazo y arrastrándome hacia la salida - ¡Nos vemos, chicos!

- ¿Eeeh? ¿Qué fue eso? - se cuestionó Alice, viendo como mi hermana y yo nos alejábamos.
Liam simplemente no dijo nada y siguió caminando a su clase, pasando de largo de Erik.
- ¿Y a éste qué le pasa? - dijo la chica, haciendo un puchero.

- Quién sabe. - contestó Erik, viéndolo ir al salón de clase.

***

- Muy bien... ¿y ahora a quién le podemos preguntar? ¿Es que acaso no piensas? ¡Alice estudia ahí! - regañé a mi hermana, dándole un leve golpecito en la frente.

- Lo siento... me puse nerviosa...

Solté un profundo suspiro, apoyando mi espalda en la pared, sin saber si debía rendirme o continuar con el plan, pero el destino me sonrió cuando me fijé en una mujer, la cual se dirigía al departamento que nos interesaba. Una mujer alta, delgada, con ropa elegante y una larga melena negra que se movía suavemente con la ligera brisa. Relucía como una gema y su belleza era tal que obligaba a todo el mundo a mirarla. Y al fijarme en los libros que llevaba, supe que era una profesora.

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2019 ⏰

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