Caminó hacia el salón principal con el habitual ritmo; dos discípulos lo seguían. Esta vez había recibido con dos días de anticipación el aviso de su llegada, aunque habitualmente llegaba sin avisar. Eso lo había sorprendido, mas había preparado su recibimiento con todas las solemnidades propias que la llegada de un líder de secta ameritaba. Como Líder de la secta Yunmeng Jiang y señor del Embarcadero del Loto, el hogar ancestral de los Jiang, debía mostrar su respeto hacia la persona que lo visitaba. Por ello, informó a sus discípulos que, tan pronto como estuviera en las puertas del Embarcadero del Loto, fuese escoltado al Salón de la Espada, en donde él mismo lo recibiría como dictaba la costumbre.
En su camino cruzó por el campo de entrenamiento, en donde unas cuantas veintenas de discípulos descansaban en sus matrices cuadradas en posición de loto, intentando recuperar energía tras una jornada matutina extensa y muy demandante. Sólo lo rutinario. Todos, al verlo pasar, se levantaron sin aparente dificultad e hicieron una reverencia a manera de saludo, juntando los brazos frente a sus cabezas inclinadas. Jiang Cheng correspondió con una ligera inclinación de cabeza y un movimiento de su delgada muñeca, indicándoles que continuaran con sus ejercicicos.
Por su paso dejaba el rastro nada tenue del peculiar aroma a loto característico de ambos, alfas y omegas, de la familia Jiang. Sin embargo, la diferencia que había entre los géneros, además de la evidente individualidad que cada miembro imprimía en su aroma, era la potencia y el dulzor de la esencia, ya de por sí exótica y atrayente, del loto. En todos los discípulos el perfume del Líder de Secta Jiang producía nada más que respeto, por un aroma cargado de nostalgia y las reminiscencias de un pasado demasiado lejano, demasiado ajeno a ellos. Su aroma natural y el aura que lo acompañaba era potente, atrayente y difícil de ignorar.
El líder de secta Jiang era un omega como ningún otro, con incomparable poder y belleza. Sus facciones eran filosas, lo que hacía de su mirada una experiencia inolvidable, ya sea por lo atractivo de sus rasgos o por la frialdad de sus expresiones. Su cuerpo era igualmente hermoso, y sus líneas naturales resaltaban con el traje violeta de la secta Jiang, volviéndolo una exquisitez visual. Para las mentes débiles y los corazones endebles, su duro carácter y temple arrogante eran suficientes para eclipsar sus atributos naturales, pues carecía de la fragilidad y sumisión natural que veían atractivos en la mayoría de omegas. Sin embargo, un vistazo más allá de su semblanza naturalmente frívola y a veces insociable podía desentrañar las fortalezas de su carácter y personalidad, la cual había sido forjada por la añoranza, pero también por las traiciones y las mentiras que marcaron su pasado.
Sin embargo, en el fondo yacía un joven orgulloso cuyo corazón era noble, pero que por años permaneció envuelto en un manto de resentimiento y odio profundos. Con el paso del tiempo, todas esas capas fueron cayendo, liberando el peso de una culpa que guardó por años y de un perdón que se había negado a dar y a otorgarse. Sólo los que permanecieron ahí, a su lado y hasta ese momento, fueron capaces de ver a través de ese velo oscuro.
Tras atravesar unos cuantos pasillos, finalmente estaba parado frente a la puerta del Salón de la Espada. Los dos discípulos que lo acompañaban las abrieron y él entró, dejándolos afuera custodiando la entrada. Tras unos breves momentos, las puertas fueron abiertas de nuevo, esta vez para dejar entrar al meritorio visitante. El líder alfa de la secta GusuLan.
— Líder de secta Jiang —exclamó uno de los discípulos, aunque modulando su tono de voz—, el líder de la secta GusuLan, ZeWu-Jun, ha llegado.
Lan XiChen no esperó la indicación del líder Jiang para entrar. No era que la necesitara. Justo como momentos antes, tan pronto estuvo dentro del salón las puertas se cerraron tras de sí. El ambiente estaba deliciosamente impregnado de la esencia natural de WanYin. Al entrar, aspiró profundamente ese aroma, empapándose del dulzor que emanaba cálido desde su cuerpo. Jiang Cheng lo miraba fijamente, su mentón ligeramente elevado, con el porte y la elegancia de su investidura. Una de sus manos se apoyaba en la mesa de madera que estaba a su lado, con Zidian adornando el dedo anular.
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Límites (JC x LXC)
Fanfiction¿Cómo puedes evitar cruzar tus propios límites, cuando lo que más deseas es ir más allá de lo que tienes prohibido? Fanfic post-canon, super fluffy, que se centra en la vida de Jiang Cheng y Lan XiChen. Contenido R+18.