Historias Paranormales ; Voces Anónimas

La Niña del Vestido Celeste

Vivencias del equipo de producción de Voces Anónimas.

La experiencia que les voy a contar ocurrió durante el mes de noviembre de 2014, mientras filmábamos, para la quinta temporada de Voces Anónimas, la recreación de la historia "El pedido de Dora". En esa oportunidad decidimos contar con la presencia de la médium Cristina Blumenfeld, quien en la historia real había cumplido un rol fundamental al establecer contacto con una anciana fallecida, llamada Dora. En esa ocasión, a través de una sesión espiritista, Cristina ayudó a que esa alma que estaba atada en nuestro mundo resolviera un problema que no la dejaba cruzar hacia el otro lado.

Tanto Cristina como el resto de su equipo son personas serias que no solamente conocen a la perfección estos temas, sino que además utilizan equipamiento especial para trabajar en cada caso que se les presenta. Por todo esto, a la hora de hacer una recreación, era importante que Cristina asistiera al rodaje con sus compañeros para dotar de mayor realismo las escenas que se iban a recrear.

El episodio se filmó en una de las casas más pintorescas del barrio El Prado, la casa de Javier y Alejandra, un matrimonio muy amable que siempre nos abre las puertas de su hogar para filmar historias de Voces Anónimas. Cabe destacar que la casa es inmensa, cuenta con más de 800 metros cuadrados, tres plantas, escaleras de madera por todos lados, misteriosos  altillos, 14 habitaciones personalizadas... En síntesis, es el lugar perfecto para filmar historias de todo tipo.

Aquel día de noviembre llegamos cuando el sol se estaba ocultando y comenzamos a preparar todo en el interior de la mansión. Poco a poco, el clima se fue volviendo cómplice de lo que sucedería a continuación, porque todos conocíamos la historia y sabíamos que la médium más seria y reconocida que existe en el Uruguay estaba a punto de llegar, y eso, de cierta manerra, hizo que este rodaje en particular fuera diferente a los otros.

En determinado momento sonó el timbre de la puerta de entrada y nos dimos cuenta que Cristina había llegado con sus compañeros. Apenas nos saludamos en el living comedor de la residencia me mostraron sus equipos, que estaban perfectamente guardados en una pequeña valija de metal. Al verlos, muchas cosas me vinieron a la cabeza: ¿y si realmente esos aparatos empezaban a marcar algo?, ¿qué ocurriría si más allá de la filmación, en ese momento, Cristina veía algún ser que no era de este mundo entre nosotros? No quise transmitir estas preguntas a mis compañeros porque no quería asustarlos.

Finalmente, comenzamos a grabar la recreación para el próximo capítulo. Cristina y sus compañeros pusieron sus equipos en funcionamiento y para sorpresa de todos, ¡empezaron a marcar que en la casa se manifestaba algún tipo de energía! Allí, con nosotros, realmente había algo sobrenatural. Los aparatos fueron guiando a los integrantes del equipo de Cristina a través de los pasillos y salones de la vieja casa.

Cristina Blumenfled, que es la única que puede ver una entidad sobrenatural con sus propios ojos, parecía seguir algo con su mirada. En ese mismo momento yo la miraba intrigado y me preguntaba a quién estaba siguiendo. Ella y sus compañeros llegaron hasta una de las habitaciones próximas al hall de entrada y ahí se detuvieron. Escuché que hablaban algo en un susurro prácticamente inaudible. Al rato salieron y se encontraron con Javier y Alejandra, los dueños de la casa, quienes en ese momento estaban con nosotros en el living comedor. Fue en ese momento cuando Cristina les preguntó sobre una niña de vestido celeste. Un vestido muy antiguo.

Alejadra se sorprendió  al escuchar a la médium porque todo tenía sentido para ella. Sus familiares llegaron a esa casa muchos años atrás, y los primeros miembros de la familia que la habitaron tenían dos niñas que siempre estaban vestidas de celeste. De hecho, en ese mismo lugar en el que Cristina y sus compañeros se detuvieron y se encontraron con el espectro de la niña, unos años atrás, había colgados dos cuadros con una niña de vestido celeste en cada uno.

Por más extraño que parezca, la médium había establecido contacto con una niña que habitó esa casa muchos años atrás. Una niña vestida de celeste que a pesar de su fallecimiento seguía disfrutando de la que alguna vez fue su casa.

Además, se agregó otro detalle para quitar cualquier duda que hubiese quedado flotando en el ambiente. La médium le comentó a Alejandra el nombre que la niña fantasma le había revelado desde el Más Allá y la sorpresa inmediatamente se dibujó en el rostro de la actual dueña de la casa: la niña que antiguamente habitó ahí se llamaba exactamente así. Cabe destacar algo relevante y es que estas personas: Cristina, su equipo y los propietarios de la casa no se conocían.

Aquel día terminamos de filmar las escenas terroríficas del capítulo "El pedido de Dora", pero en lo personal, sentí que todos, en ese momento, protagonizamos nuestra propia historia de fantasmas. Una experiencia inexplicable más que se suma a la lista Siniestra de Voces Anónimas.