Prólogo

4 0 0
                                    

Hace más de dos milenios, el mal creció de forma inconmensurable en el mundo, se expandió desde los corazones de los humanos y se extendió por los pequeños pueblos y las grandes metrópolis, devorando mentes de niños, adultos y ancianos. Le crecieron piernas y pudo moverse voluntad, le brotaron ojos y así pudo verlo todo, le nacieron fuertes garras para alimentarse más rápido y destruirlo todo.

Los primeros días, nadie reparó en su existencia, ya que en el mundo corrompido la violencia y odio estaban esparcidos por todas partes, así que era algo común observar crueles asesinatos, violaciones, hambruna, enfermedades, codicia y demás horrores. Al pasar los días las personas se dieron cuenta de que algo diferente estaba pasando, los cadáveres se hallaban mutilados de formas extrañas, las criaturas se volvieron agresivas, las enfermedades mutaron de formas grotescas y aparecían demonios nunca vistos y en mayor cantidad, empezó la destrucción y el cielo se tiñó de rojo y gris, el día y la noche se perdieron.

El instinto de supervivencia se activó, si por algo se caracterizan los humanos, aún más que cualquier otra criatura en el mundo, era por tener un apego increíblemente fuerte a la vida, en especial cuando esta podía terminar por razones ajenas a sus propias necesidades y ambiciones. En ese momento de miedo extremo, se dieron cuenta de sus pecados y muchos empezaron a cambiar, decididos a detener lo que ellos mismos habían puesto en marcha.

El mal se había encarnado, no se iría fácilmente, pues ahora podía alimentarse sola. Las criaturas morían por miles cada día, los demonios empezaron a poblar las ciudades y convertirlas en ruinas. Los reinos más importantes se aliaron y trataron de erradicar al mal, pero cada batalla se alejaba más de la victoria, y así pasaron los meses, todo parecía perdido.


En cierto lugar, varias personas se reunían, una resistencia especial, secreta. Eran aquellos que no se habían corrompido más de lo normal, aquellos que por años trataron de detener a su propia especie pues sabían lo que pasaría si el mal crecía demasiado. Gente inteligente y poderosa, de un temple extraordinario, ellos formaban su propio plan de salvación.

Los cien seres más poderosos del planeta se reunieron, poderosos en fuerza bruta, astucia, agilidad o magia, se denominaron "Aniquiladores" y se dispusieron aniquilar al mal usando su propio poder como arma.


Batallaron contra el mal día y noche, lo hirieron y lo mataron, pero descubrieron que el mal no muere, volvía de nuevo por ellos, se había alimentado muy bien, se recuperaba muy rápido, al contrario que ellos, que tardaban mucho tiempo en sanarse y algunas heridas eran permanentes.


Estaban acorralados y débiles en el borde del mundo, el mal sabía que ellos eran el único obstáculo contra el dominio total. Entonces un hechicero, tan viejo como sabio propuso un plan, dándose cuenta que, si no podían aniquilar al mal, debían sellarlo. La idea fue rápidamente aceptada, aprendida y ejecutada.

Cien artículos selladores aparecieron en el planeta, creados a base de las posesiones más valiosas de cada uno de los cien Aniquiladores, con un rápido y engañoso ataque, el mal quedo sellado en la nada.


Los "Aniquiladores" se re-fundaron con el nombre de "Selladores", sabían perfectamente que no todo había terminado. Se reunieron con los reinos que quedaban en pie para informarlos y prevenirlos, que el mal solo se había ido a otro lugar, pero si le daban fuerzas podría escapar.

Los Selladores viajaron por separado, esparcidos por el mundo, cada uno fundo un clan y reclutó gente que adoctrinó con la causa. Cien clanes nacieron para proteger los artículos en los que se hallaba sellado el mal, lo protegerían y heredarían al más fuerte, además de no dejar que la gente olvide lo que había pasado, de esa forma el mal no volvería a salir.


El mundo nació de nuevo, las personas recapacitaron y empezaron a formar comunidades agradables y amistosas, ayudándose entre sí, cambiando bondad por odio, empezaron a reconstruir el planeta y vivieron en paz.


<2000 años después>

Actualmente, la sociedad se está corrompiendo nuevamente, olvidando así el mal que hace más de dos milenios casi aniquila el planeta. Los clanes de Selladores han sucumbido con el paso del tiempo, muchos líderes han perdido la moral y muchos han acabado enloqueciendo por el poder maligno de los artículos selladores, varios clanes terminaron matándose unos a otros para conseguir el poder de estos, así terminaron perdiéndolos o destruyéndolos.


Cuatro clanes quedan activos en estos tiempos, aún fieles a su tarea. El Templo De La Destrucción había sucumbido hace una década por la pérdida del artículo, pero al parecer, alguien lo ha encontrado y devolverá uno de los clanes al mundo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 02, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SELLADORES: El Templo de la DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora