Destino: París.

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25 de septiembre de 2019

Son las 3:00 A.M. Carol no es capaz de dormir, su cabeza es un hervidero de pensamientos, y en cinco horas tiene que coger un avión a París. Ella nunca ha salido de España, ni mucho menos de Madrid. Nunca ha viajado sola y siempre ha estado bajo la protección de su madre.

<<¿Y si no sale bien?>> <<¿Cómo voy a ser capaz de sobrevivir sola?>> <<Seguro que no haré amigos y seré la rarita>>. Harta de escuchar a su cabeza, se pone bocabajo y empieza a dar puñetazos a su almohada para liberar toda su ansiedad... Después de media hora consigue descansar, aunque no por mucho tiempo, ya que, a las 5:00 su alarma sonaría.

¡CAROOOOL! DESPIERTAAAA O LLEGARÁS TARDE-Grita su madre desde detrás de la puerta de su habitación. Carol era muy reservada, necesitaba su intimidad y odiaba que entraran en su habitación, así que, ella y su madre, acordaron que si era buena chica su madre no entraría ni para despertarla. No escondía droga ni mucho menos, pero Carol era una obsesa de las energías y necesitaba un sitio de tranquilidad en el que nadie interfiriera.

Carol se levanta y se viste con un vestido amarillo (su vestido de la suerte) y unos botines negros. Se mira al espejo y simula una pequeña sonrisa para convencerse de que iba bien, de que todo iba a salir bien.

Baja y se encuentra a su madre en la cocina preparando su desayuno favorito: gofres con nata y sirope de chocolate, sus tripas rugen como si no hubiera un mañana, a lo que su madre responde con una carcajada.

-Ay, mi niñita, cómo voy a echar de menos estos momentos.-Suspira Noelia, con un hilo de tristeza en su voz.

-Mamá, en un año estoy aquí de nuevo... No te vas a librar tan rápido de mí.-Carol abraza a su madre con fuerza conteniendo sus ganas de llorar, tiene que ser fuerte, si se derrumba ahora está segura de que no sería capaz de irse.

Desayunan riendo a carcajadas, disfrutando de cada segundo que les quedaba, hasta que llegó la hora de irse. Noelia coge las llaves de su pequeño coche y carga todas las maletas de su pequeña, que ya no lo es tanto, pero no quiere asumirlo.

Llegan al aeropuerto de Madrid, a la T4, Carol pasa todos los controles de seguridad y antes de embarcar abraza muy fuerte a su madre prometiéndole que todo va a ir bien, que tendrá todo bajo control como ella le había enseñado... pero qué equivocada está.

***

Durante todo el vuelo, Carol termina de leer el libro sobre turismo en París, necesitaba conocer lo máximo de la ciudad en la que iba a vivir durante los próximos 365 días, odia las sorpresas y parecer como esos guiris que llenan Madrid todos los veranos. Está muy nerviosa porque en París la estaría esperando Emma, una mujer de 30 años, propietaria del piso donde se va a hospedar.

Después de casi 3h por fin pisa suelo parisino, la ansiedad va en aumento y sin saber porqué siente la necesidad de gustar a Emma y caerle bien, desde que la vio en aquella videollamada de presentación no se la ha podido quitar de la cabeza.

Espera a Emma en la cafetería frente al aeropuerto tal y como han quedado. Pide un chocolate caliente y se sienta en una mesa que da a un ventanal cuando de repente alguien por detrás le toca en la espalda a modo de saludo:

-Hola, Carol, ¿qué tal el viaje?-Dice Emma sentándose en frente de ella.

Sin quererlo, Carol se ruboriza y empieza a jugar con sus manos, sin mirarla a los ojos e intenta decir:

-B...Bien, u-un poco largo, gracias por recogerme-musita con un hilito de voz.

Emma la obliga a mirarla y piensa: es bastante tímida... habrá que ir despacio... Y la sonrie dulcemente:

-Tranquila, pequeña, no te voy a comer.-Rie amablemente intentando que Carol se relaje.-Cuando te termines ese chocolate vamos a casa, espero que sea de tu agrado...-Le guiña un ojo sonriendo.

Carol traga saliva, confusa, muy confusa, ¡¿está esa mujer flirteando con ella?! ¡No! ¡Seguro que no! Además si realmente lo está haciendo no tiene nada que hacer porque a ella solo le gustan los chicos, y además, solo se ha enamorado una vez en su vida, así que, no, no puede ser. Todo está bajo control. Siempre ha tenido sus sentimientos bajo control, y esta vez no va a ser menos.

Nota de la autora: ¡Hola! ¿Qué os parece este primer capítulo? ¿Realmente Carol conseguirá controlar sus sentimientos?

Poco a poco iré introduciendo algo de ABDL, así que si no os agrada esa temática, no continuéis la historia.

Gracias por leerme.

Todo queda en París.Where stories live. Discover now