2. Chuu

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Este último año estaba transcurriendo muy lentamente.
La pasantía editorial estaba consumiéndome poco a poco. Me encontraba muy lejos de mi familia, amigos, y de Yunseong. Aquel niño dulce se había ganado mi cariño poco a poco y realmente extrañaba tenerlo cerca de mi, especialmente en estos momentos en los que me sentía tan presionada.
No estaba a gusto con la editorial Sol. No sólo abusaban de mi presencia allí como estudiante y pasante, dándome tareas menores (pero agotadoras) para alivianar a los editores, sino que el ambiente del lugar estaba apagándome.
Mi energía no era la misma de siempre, mis sonrisas no eran bien recibidas, no servían para cortar la tensión con la gente de allí. Sólo se dirigían hacia mi cuando necesitaban encargarme tareas. Y lo hacían de mala gana.

Mi sueño laboral estaba apagándose. Quizá después de todo lidiar con este mundo no era lo mío...

Una noche, luego de un largo día en la empresa siendo ignorada y obteniendo malos tratos por parte de un compañero, explote. Yunseong siempre tenía las palabras justas para mi, y aquella vez logró saturarme su amabilidad, consiguiendo un mal trato de mi parte; negandome ante sus buenas palabras.
Recuerdo haber llorado mucho esa noche.
Él solo me escuchó atentamente, primero mi berrinche hacia él, luego mi llanto, y terminando con mi catarsis.
No podía ver sus expresiones pero podía jurar ver su asombro a través de su voz, que varió tenuemente.
Me tranquilizó y reconforto. Me explico que no estaba sola y que haría lo imposible por ayudarme.

Un buen sentimiento recorrió mi cuerpo durante la promesa de su ayuda.

-

18:45

Me encontraba en la cafetería en la que la hermana de mi novio me había citado. Estaba muy nerviosa.
¿Cómo sería la hermana de Yunseong?
Él me había enviado una foto para que pudiera reconocerla. Se veía muy elegante pese a ser tan joven, sacandome pocos años de más.

Necesitaba caerle bien, tenía que mostrarme profesional. No podía contarle tampoco acerca de la violencia laboral que estaba sufriendo, no tenía esa confianza, y estaba segura de que Yunseong no le había contado esos detalles.

La puerta se abrió y una hermosa mujer rubia se adentró a la pequeña cafetería. El frío parecía haberla obligado a ocultar toda su figura. Observé sus movimientos anonadada, era muy elegante incluso sólo caminando. La mujer encontró mi mirada y no solo la sostuvo, para mí sorpresa, sino que se encaminó hacia mi.
Mi corazón comenzó a entorpecerse, miré a la desconocida sorprendida. A pesar de la vergüenza no podía dejar de mirarla.
Pasa a mi lado y me sonríe.
Aparto la mirada.
Al parecer se sentó en alguna de las últimas mesas detrás mío.

¿Qué acababa de ocurrir con aquella mujer?

Traté de ignorar lo más que pude el asunto mientras miraba el atardecer frío por la ventana. Todavía sentía torpes a mis latidos. No era la primera vez que una mujer lograba incomodarme. Pero sí era la primera vez en que pensé que una mujer interesada en mí se acercaría, que pasaría algo más, ¿o sólo era yo deseando que más sucediera?

El viento de la calle no lograba distraerme. Quise ignorar la presencia de aquella mujer detrás mío pero me resultaba imposible. Me ponía nerviosa. 

¿Por qué Yunseong no lograba ponerme así?

- ¿Jiwoo?

Una suave pero decidida voz me despertó de aquel análisis nervioso. No me había percatado de que alguien más había entrado a la cafetería, y que ese alguien era la hermana de mi novio.
Su mirada era amable pero fría, me analizaba en silencio. Era una mujer esbelta, alta y pelinegra, tenia su cabello recogido en una media cola. Vestía una camisa blanca debajo de un hermoso traje negro. En lugar de corbata, un hermoso pañuelo adornaba su cuello. Mientras esperaba mi respuesta se acomodó las gafas negras.

- Buenas tardes, si, soy Jiwoo- intenté darle mi mejor sonrisa mientras borraba de mi mente el incidente de la mujer rubia.

Ella sólo me observó amablemente y ocupó el asiento delante mío. Ordenó un café negro, yo pedí un capuchino de caramelo. Hizo una mueca cuando me escuchó pedirlo. Tuve que contener una risa. Era muy transparente, ¿sería consciente de ello?

- ¿Cómo es trabajar en Sol?- acotó con naturalidad como si estuviésemos teniendo una conversación fluida desde su llegada.

No me esperaba su pregunta tan directa. Ella me miraba fijo, se encontraba relajada en su lugar, pero podía percibirla esperando impaciente mi respuesta. Decidí que lo mejor sería ser sincera, y tratar de obviar algunos detalles.

- Sinceramente -comencé-, espero dejar de trabajar allí pronto.

Me miró sorprendida, como si hubiese estado esperando muchas respuestas y la mía no se encontraba en su lista. ¿Eso era bueno?

Nuestro pedido llegó. Ambas bebimos un primer sorbo de nuestras bebidas.

- ¿No es muy dulce esa cosa?- preguntó clavando su mirada en mi capuchino, haciendo nuevamente su mueca. No entendía cómo este ser podía ser hermana de Yunseong, para nada. Sin embargo, su atrevimiento y frialdad me resultaron acogedoras. Eran... Sinceras. La sinceridad era algo de lo que me había desacostumbrado.

- ¡Está riquísimo, pruébalo!- le respondí acercándole la taza.

- Lo dulce no es lo mío- replicó mientras tomaba su café, mirando por la ventana. Su actitud me dio risa. Le creía definitivamente, pero pareció contenerse de probarlo. Me observo reírme-. Y bien, ¿por qué no quieres seguir trabajando para Sol después de tu pasantía?

Nuevamente a las preguntas directas. Recordé que el punto de esta reunión era conseguir trabajo para no tener que quedarme en Sol luego de terminar mis estudios. Mi jefa ya me había ofrecido un puesto. Trato de endulzar un supuesto lugar en la empresa para el cual realizaría exactamente lo mismo que en este momento. La idea de firmar un contrato de trabajo allí me dio escalofríos.

- Necesito trabajar en un ambiente de trabajo más acorde a mí -confesé. Luego me arrepentí. No sentí que fueran las palabras correctas. Me sentía en un examen, contestando mal una pregunta. Nerviosa, terminé mi capuchino.

- ¿Acorde a ti?

Sentía que en cualquier momento terminaría explotando nuevamente, confesando todo acerca de Sol y su pésimo ambiente laboral. Comprendí que era el único camino mencionar el tema, me sentía puesta a prueba. Trate de comprenderla. Pearl era la competencia de Sol, ambas empresas editoriales líderes en Seúl. ¿Por qué una pasante de una de ellas querría trabajar en la otra? Daba desconfianza, hasta a mí. Ella pensaría que era a propósito.

- Sooyoung... -comencé tratando de sonar lo más tranquila posible- No me siento a gusto trabajando en esa empresa. Necesito un ambiente... Distinto. Uno que me permita enfocarme tranquilamente en mi trabajo.

Ella me sonrió. Al parecer era una respuesta correcta. Me tranquilice un poco. Necesitaba que me tenga en cuenta. Tenia que librarme de Sol.

- Voy a hablar con mi jefe. No te prometo nada.

Pagó su café y se despidió. Prometió darme una respuesta el lunes a última hora, luego de este fin de semana.
La observé salir por la puerta.
Me distraje girando mi taza un rato, algo aliviada y esperanzada.
Volví a mirar por la ventana hacia allí y paes mi sorpresa todavía podía verla. Hablando. Con la mujer rubia.
¿Cuándo había salido? Y al parecer, detrás de ella.
Como si Sooyoung pudiera escuchar mis pensamientos, me miró, solo por un segundo.

Se fueron juntas.

-

Luego de la reunión, de hablar por teléfono con Yunseong, de relajarme tras otra semana en aquel lugar, me desplome en mi cama, quedándome totalmente dormida al instante.

Aquella noche soñé con la mujer rubia del bar.
Ella estaba hablando con Sooyoung, dándome la espalda a mi. Yo observaba detrás de ella.
Podía ver  todo el rostro de Sooyoung, y ésta me miraba siendo consciente de mi presencia a lo lejos de su escena. 

La rubia se acercó a ella agarrando su rostro y la besó.

La estaba besando.

Sooyoung le correspondió el beso, mientras continuaba mirándome. Se aferró a la pelirrubia sin apartar su mirada de mí en ningún momento.

Me desperté acalorada, con todas las sábanas y almohadas en el piso, en pleno invierno.

Rodeándote (Chuuves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora