LA ENTREVISTA

94 7 1
                                    

-¿Cuándo demonios vas a levantar ese culo del sofá y vas a empezar a buscar trabajo?-me dice mi compañera de piso, Amira, una chica mora, muy feminista, atenta y observadora, que siempre ha estado en los mejores y en los peores momentos de mi vida, mi mejor amiga,a la que protejo y apoyo como mi hermana y sé que ella a mí también. Si no fuese por ella, esta casa sería un caos, ella no es como yo, ella no es torpe, ni se le olvida nada, yo soy muy despistada y ella todo lo contrario.

-Y, ¿cómo busco?-dije con una voz de pasota.

-Pues, así nada, así que, abre tu ordenador y empieza a buscar.

-Sí, mamá.

Y me tira un cojín mientras se ríe y se burla de mí, cariñosamente.

Sigo buscando. Al pasar dos horas en frente de mi maldito portátil que va demasiado lento, al ser tan viejo. Al fin, encuentro algo interesante.

Hablo al director del colegio, para conseguir el empleo por el que me decanté. El trabajo consiste en ser profesora de pintura en horas extraescolares, no sé si lo llevaré bien o mal, pero todo es cuestión de probar, así que, espero ansiosa la respuesta.

"Mañana a las 9 de la mañana en el colegio, sala de profesores, una de las limpiadoras te conducirá hasta la sala. Quiero entrevistarte, suerte."

Le conté todo a Amira y se puso super contenta, más o igual que yo, empezamos a saltar de alegría, cuando olimos un tanto a quemado.

-¡Mierda!

-¡Eh! No se dicen esas palabras.

-El cordero se ha quemado, tendremos que comer albóndigas de lata, que compré ayer en la tienda en casos de emergencias como este.

-Esa es mi Amira, casi siempre atenta...

-¡Oyeee! Que es la primera vez que me pasa... A ver qué tal haces mañana tu desayuno.

-Tortitas te haré. Bueno, buenas noches Ami.

-Buenas noches Ferrero.-me dice Ferrero al llamarme Ferreiro y ser parecido a los bombones tan deliciosos y según ella yo lo soy-Pon el despertador.

-¡Uy, menos mal! No sé que haría sin ti...-y me acerco a darle un beso en  la frente.

-Venga, te quiero.

-Y yo.

Me enredo entre mis sábanas limpias. Antes de apagar la luz, miro por la ventana tan amplia que tengo y miro hacía el final, siempre lo hago, veo el río, me encanta el río de mi pueblo. Vivo en un pueblo bastante grande, casi considerado como ciudad, que se sitúa en Sevilla. Miro mi habitación y veo mi corcho en el que se encuentra fotos de los lugares que he visitado, muchas fotos del río y fotos con mis amigas, también encuentro varios dibujos que realicé de más joven, poco antes de cumplir los diecisiete, que fue mi época de pintora, ahora me encuentro en mi época de fotógrafa, escritora y lectora. Observo mi estantería y veo mis libros, algunos son de cuando tenía catorce años y algunos recientes, como el último que me compré en la librería de mi pueblo. Es uno de mis lugares favoritos de mi pueblo, junto al río. 

Son las doce de la noche y me dispongo a dormir, me tendré que levantar a las ocho de la mañana, así que pongo el despertador tres veces por si acaso.

          ....................

Me despierto en la primera alarma, muy raro en mí. Aprieto el interruptor para encender la lámpara de mi habitación, me levanto a abrir mi gran ventana con balcón incluido, retiro las cortinas blancas y entro en el pequeño balcón, miro hacía mi derecha y veo mis tres macetas de Gerbera, un tipo de flor, mi flor favorita, las encentro en rojas, en naranjas y en blancas. Miro hacía la izquierda y encuentro mi butaca, es una butaca muy antigua, era de mi padre, pero antes de mi abuelo. Mi padre me la regaló antes de independizarme, él siempre se la llevaba al río, dónde solíamos estar todas las mañanas mientras que no hubiese instituto, era su silla favorita y hasta la mía. Mi madre nos dejó cuando yo tenía seis años, así que me quedé muchos años sola con mi padre. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 05, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

DESDE MI PUNTO DE VISTAWhere stories live. Discover now