Parte I

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Justo cuando creyó que nada interesante estaba ocurriendo en su vida, pues el curso de héroes ya era algo de todos los días y uno termina por acostumbrarse, dejando de ser tan fabuloso y sorprendente como al inicio, cae en la cuenta de que algo increíble pasó. O mejor dicho... Alguien.

02:55 am.

Esa es la hora que dió su reloj que se encontraba en la mesa de noche. ¿De quién hablamos? Bakugo Katsuki. ¿Por qué mencionar la hora? Fácil. El chico de cabello explosivo, el cuál ya para las 9pm está durmiendo, se encontraba a la hora antes mencionada acostado en su cama mirando el techo sin poder conciliar el sueño. Extraño, ¿Verdad? Él piensa exactamente lo mismo.

— ¿Por qué mierda no puedo dormir? — se preguntó en voz baja, y la imagen de una persona en particular se aparece en su mente como respuesta a su pregunta. Sacudió suavemente su cabeza como intentando quitárselo de ahí y no funcionó, pues claramente, ese individuo era la razón de su desvelo.

¿Quién es el ser misterioso capaz de tal milagro? Kirishima Eijiro.

Bakugo pasó sus manos por su rostro, como una muestra de frustración al no poder sacarlo de sus pensamientos como quiere y dormir de una vez, que al día siguiente debía levantarse temprano para cursar. No podía evitarlo, por más que lo intentara, ahí seguía; con su gran sonrisa mostrando la hilera de dientes afilados que poseía y un gesto alegre como acostumbra tener. "Odioso" es lo que pensó el rubio ceniza, negándose una y otra vez a los verdaderos pensamientos que tenía sobre su amigo Kirishima, queriendo convencerse de que no era eso. Por supuesto que no salió como quería, ni siquiera él podía resistirse a eso que a todos alguna vez les toca sentir, por lo que finalmente se dejó llevar, que su mente y corazón imaginen y piensen como quieran, llevaba casi seis horas intentando negarlo.

04:45 am.

¿A quién podía engañar? Al momento de la verdad, ya no podía negar que amaba la compañía del pelirrojo aunque no se lo dijera y se lo guardara muy dentro de sí. La única persona que demostró verdadero interés de querer entrar a su vida y con el valor de pertenecer en ella a pesar de los reiterados violentos intentos de alejarlo y el terrible mal genio que llevaba siempre encima, Eijiro había logrado muchas cosas en y con Katsuki; siempre de alguna manera se alentaban mutuamente. Pero lo más importante es lo que logró en él... Con solo ver al pelirrojo su mundo se ponía de cabeza, su corazón se acelera cada vez que lo tiene cerca; con esa forma tan espectacular del otro de ignorar el espacio personal y pegarse como si no le importara su vida, esa forma de sonreírle que le descoloca, su voz; que pasó de ser algo irritante a una de las mejores cosas de su día, esos ojos escarlata llenos de vida y entusiasmo; las ventanas a sus más oscuros y ocultos secretos... Podía seguir enumerando cosas o actitudes que le gustaban de Kirishima, pero no terminaría. Qué no daría Bakugo por ser él la razón de sus brillantes sonrisas, aquél que le haga los días cuando no está teniendo el mejor de todos, aunque no sea muy fanático de los abrazos; estrecharlo fuertemente entre sus brazos, tomar su mano y caminar así por cualquier lado sin importar lo que otros digan, probar esos finos pero carnosos labios...

Definitivamente Katsuki estaba perdido, todas esas ideas se incrustaron en su mente y ya no podría sacarlas. Ya no se preguntaba qué demonios pasaba por su cabeza, ahora solo dejó fluir todo eso que reprimía desde hace unas semanas ya, y no solo pensamientos sino también escenas que ya pasaron o que le gustaría que pasaran. Recordaba aquél momento en que pelearon juntos en USJ, no se imaginó que sería el primero de los mejores momentos juntos a ese chico de extraña pero tierna sonrisa, que solo él podía hacer que esos dientes afilados se vieran adorables en una sonrisa. Se imaginó un escenario donde ellos estaban en la privacidad de la habitación del rubio ceniza, sentados en la cama, con el pelirrojo sobre su regazo y con la cabeza apoyada sobre su hombro mientras le contaba alguna tontería y el primero escuchaba mientras le acariciaba el cabello libre del gel utilizado para peinarlo de la forma en que siempre lo lleva y con su mano disponible, tomando la mano del segundo y con los dedos entrelazados.

04:55 am.

Con esa imagen en mente, Bakugo finalmente se durmió con una muy leve sonrisa en su rostro. Era casi seguro que despertaría con sueño y un malhumor más grande que el de costumbre, con dos horas de sueño no le alcanzaba, pero realmente había valido la pena, había hecho algo importante, después de tanto tiempo ignorando, ocultando aquello, dejó que el hermoso sentimiento llamado amor entrara a su vida, dejando que Kirishima se llevara sin que lo supiera, uno de los más grandes logros: enamorar al indomable Bakugo Katsuki.

Overthinking (Kiribaku/Bakushima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora