Ojos Carmesí

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Que preciosidad, jamás veré algo igual en mi vida. Marcaste mis ojos de ti.− Dijo un muchacho a una pequeña bebé, mientras la acurrucaba entre sus brazos y tocaba sus pequeñas mejillas rosas, tan suaves como la seda, un rostro tan puro, tan hermoso. 

−Seré tu tío, seré tu padre... si Dios lo quisiese así, seria tu cuidador eternamente, mi pequeña Usagi.− El verano decaía sus hojas en los dos jóvenes que se encontraban en aquel parque japonés, a la deriva y cercanía del mar, mientras el sol besaba el regreso de la noche.

Una esbelta joven asiática se acerca a los dos, tomando entre brazos a la pequeña y sin olvidar dejarle implantado un beso de despedida al joven, quien era su prometido. −Ya es hora de que esta conejita vaya con su madre, amor.− La pequeña criatura comienza a llorar a acantaros al ser separada de su tío político. −Vaya si se a encariñado contigo, deberías venir todas las tardes. Ella se la pasa llorando cuando me la encargan, ¿acaso no puedes querer también a tu tía Sakura, Usagi?− Los cariños de la tía hacia la menor solo la hace provocar en llantos aun más.−No creo que nada cambie.−

Mas al rato, los padres de la pequeña se encontraban firmando papeles de divorcio para darles fin a su relación, sin soportarlo más, discuten sobre su tóxica vida y el fin de esta.

El señor Shirayuki empuja la mesa, la cual se encontraba repleta de papeles, incluyendo el de divorcio. −¡Eres una maldita escoria!, nada de esto hubiera pasado si no fuese por ti, por tu maldito embarazo, tu maldito trabajo, ese maldito jefe de mierda. ¡Asquerosa ramera, ni de chiste le daré mi apellido a ese gusano!− 

Usagi no es un asqueroso gusano como lo eres tú, si la vuelves a insultar te mataré, juro que lo haré. ¿Cuando será el día en que entiendas que mi maldito jefe no tuvo nada que ver conmigo?, no como tu secretaria.− Empuja a su ex esposo con tanta fuerza que este cae bruscamente al suelo.−No te metas mas en mi camino si no vas amarme, Erin Shirayuki. Nos veremos después.− Sin dar marcha atrás, sale de aquella oficina dejando a las personas presentes impresionadas.

Te metiste con un demonio, te haré mucho daño maldita psicópata, te haré mierda, nadie toca así a su superior.− Dijo levantándose y arreglando su corbata.

Entonces... si tú eres un demonio, yo soy el diablo, Erin.− Dice, dando rumbo fuera de aquella oficina.

La relación de los padres de la pequeña Usagi era algo complicada, desde que comenzó su matrimonio nunca pudieron tener los mismos pensamientos, había en todo muchos desacuerdos. Sin exceptuar la infidelidad que existía elevando su desconfianza; el nacimiento de Usagi fue la gota que derramó el vaso, el señor Shirakuyi negaba que fuese su hija y no aceptaba otorgarle su apellido, claramente exámenes de ADN fueron llevados a cabo, pero, el padre ya había decidido no aceptarla e irse con su amante dejando atrás a su familia.

Viviremos muy felices juntas sin él... ¿Cierto Usagi?− Sin quitarle la vista de encima a su dulce bebé, solo caricia sus delicados pelos con suavidad −Eres todo lo que necesito, ahora.−

"La señorita Yuuki Fukui, mujer tan joven. Con tan solo 24 años, tiempo después de su divorcio y su proceso de mudanza, en el cumpleaños número 5 de su pequeña hija Usagi Fukui, fue hallada muerta en el baño de su casa sin algún tipo de lesión o hemorragia, al parecer la mujer consumió una gran sobredosis de Zaleplon (Patillas para dormir, drogas en otros términos) y se ahogó en su propia bañera. Quien la encontró y le avisó a los vecinos mas cercanos de la comunidad, fue su única hija de tan solo 5 años de edad. La pequeña piensa que su madre solo toma una siesta muy larga y quería que alguien la ayudara a despertarla, claro que será demasiado larga pero, al final la joven tendrá que enterarse de la verdad, sin más preámbulos, en otras noticias..."

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⏰ Last updated: Oct 01, 2019 ⏰

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