NECESIDAD DE UNA FE.

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Capitulo III y IV

En la medida que crecía en edad y estudiaba, comencé a darme cuenta, que la fe religiosa donde habían germinado mis primeras inquietudes espirituales, no me ofrecía respuestas, para muchas preguntas que iban surgiendo en mi mente. Fue así como mi Fe en la Iglesia Católica en la cual había sido bautizado, comenzó a enfriarse, sin que esto afectara para nada mi lealtad incondicional a Jesucristo. Seguía rezando, así me enseñaron a comunicarme con el, pero la forma de dirigirme a Dios "que también era Jesús", cosa que no comprendía en aquellos momentos, (Tres Dioses en uno solo), fue mermando y enfriando mi relación con El. Deje de rezar, al no encontrarle sentido a una comunicación monótona, repetitiva de lo mismo y sin sentido para la realidad y necesidad del momento que vivía.

Como consecuencia de este enfriamiento, entre en una profundo vacío. Me invadió de manera continua una soledad espiritual y religiosa. Empecé a compartir con amigos y compañeros, que tenían otros intereses, que le daban mucho valor a las cosas materiales y que fácilmente eran manejados por la propaganda y la sociedad de consumo, que nos motivaba a fumar, tomar, asumir la vida como una permanente diversión pasajera a la cual había que sacarle el mejor provecho. Realizábamos actividades de riesgo para nuestras vidas, propias de jóvenes tratando de ocupar el tiempo y quemar energía. Hoy a ello se le llama actividades de alto riesgo en busca de adrenalina. Tuve oportunidades de perder la vida, pero siempre fui protegido, lo cual confirme años después en mi bendición patriarcal.

Esta separación temporal, de dejar la práctica de nutrirme espiritualmente al menos con cierta regularidad, termino afectándome seriamente en lo personal y en mi relación con mi esposa, quien no tenía ninguna formación religiosa. Ella venia de una familia de anarquistas e izquierdistas, intelectuales y sus estudios ó intereses, además de la arquitectura efectuados en su país Argentina, habían estado mas orientados hacia el teatro y la danza. Comencé a estudiar y buscar la verdad en otras religiones y sus doctrinas. Leía y buscaba repuestas, pero estas no llenaban mis expectativas. Mi formación de encontrar la lógica en las cosas y razonar las ideas buscando la explicación científica, que me enseño mi padre, eran un freno para entender aspectos de diferentes doctrinas, que ante la falta de respuestas convertían sus explicaciones en misterios o generaban mas dudas en mi mente. Preguntas como ¿Quién es Dios?, ¿Cómo es?, ¿para que estamos aquí? ¿Que es el Paraíso? ¿Qué es el Infierno? ¿De donde venimos? ¿Hacia donde vamos?, ¿Que hay después de la muerte? ¿Cómo surgió la vida? Etc., y respuestas muy elementales y sin ningún sentido para mí como: Dios está en todas partes, es un ser único solitario, sin familia, que se encuentra en el viento, en las plantas, que no tiene forma. Que estamos aquí para ser salvos y si nos portamos mal seremos castigados por la eternidad. Que el paraíso esta en algún lugar desconocido en el cosmos, donde van todos los que se portan bien y que el Infierno es lo opuesto, un lugar de inmenso sufrimiento representado por llamaradas y fuego. Otros hablaban de la gran conciencia cósmica, de una inmensa energía, del ojo que todo lo ve, del gran arquitecto universal etc. Del Dios solitario sin esposa, sexo e hijos. etc. etc. Explicaciones, argumentos y razonamientos, que no llegaban a mi espíritu, que no lograban convencerme y que mostraban un desacuerdo e incoherencia con la naturaleza de la vida y todo lo que me rodeaba. Por el contrario buscando respuestas, surgieron nuevas dudas y las que tenía se hicieron más grandes y confusas. De tal manera, que mi tristeza, y desesperanza aumento. Mi espiritualidad se fue enfriando, alejándome cada vez más de la Iglesia Católica. No tenia interés en buscar respuestas en otras religiones, cuyos orígenes tenían una raíz Católica, por cuanto asumía, que si esta estaba errada, sus múltiples divisiones al paso de los años, se llevaron con ellas parte de su verdad, pero también parte de sus errores o interpretaciones efectuadas por hombres con gran autoridad y poder político en el pasado para modificar a su conveniencia, e intereses del momento, las enseñanzas de Jesucristo. Este es un mal hábito humano, que celosamente debe ser vigilado, para mantener el buen sentido de las cosas, que todos en el fondo esperamos, para que no sean tergiversadas por unos pocos, que asumen posiciones de Dioses terrenales una vez que obtienen el poder y la autoridad para actuar. Dios es un oficio sagrado, que solo se puede lograr bajo la permanente práctica, conocimiento, estudio y dominio de leyes espirituales y materiales, que no se pueden lograr en este plano, dimensión, tiempo ó eternidad en la cual vivimos hoy. Por lo tanto el trabajo y el esfuerzo son permanentes y bien realizados, nos llena de gozo y alegría.

Verdades Ocultas en el NOMBRE DE JESUCRISTO.Where stories live. Discover now