01.

30 6 2
                                    

Ella estaba sentada en esa sala de espera, sola, sin nada en su pensamiento; quizás tener su mente en blanco como aquellas paredes de ese horrible hospital con olor a cloro ayudaría. Odiaba estar ahí, y no quería entrar en pánico frente a miles de enfermeros, doctores y pacientes; aunque la ansiedad ya la rodeaba al estar cerca de ellos.

Sintió su corazón alterarse al ver a aquel chico que al que por años había tenido un enamoramiento; sonrió levemente y se levantó de aquella silla incómoda, caminando hacia él, dejando escapar un pequeño suspiro.

Esperaba ese momento todo su día, poder verlo cuando iba a sus citas en ese feo lugar, que se volvía hermoso al ver la sonrisa de su enamorado; Darren Neele. Lo había conocido mientras transitaba por aquellos pasillos intentando, como siempre, despejar su mente. No lograba entender cómo era tan lindo, hasta que le hablo, y descubrió que era aún más hermoso, para ella.

— ¡Hola, Darren! — saludo al chico con desbordante emoción. Este la miro y le dedicó una linda sonrisa.

— Hola, Camila.— se acercó dándole un pequeño beso en su mejilla provocando su sonrojo.— ¿Cómo te encuentras hoy? — pregunto agarrando unos papeles y acercándose más a ella.

— Mucho mejor a decir verdad, por lo menos respiro.— bromeó riendo levemente, haciendo reír igualmente al chico.

— Tienes que agradecer por eso.— respondió dándole una mirada de arriba a abajo casi con lascivia.

Darren Neele, era doctor en aquel hospital; se encargaba de los pacientes con cáncer, sobre todo los más chicos; su pasión era la medicina y lo hacía notar día a día; pero había algo en Darren que hacía que a los padres de la pequeña Camila, no les agradará su "amistad" más aún así, nunca comentaron nada, al ver el gran aprecio que desbordaba su hija hacia él.

Camila soltó otro suspiro al verlo alejarse con su bata blanca colgando de sus hombros, como tanto le encantaba. Dejo que la sonrisa se desvaneciera y entonces escucho su nombre siendo pronunciado por una suave voz; era su madre.

— ¿Que haces acá? El doctor te espera.— aviso Sinuh agarrándola suavemente de su brazo y arrastrándola junto a ella.

Era notable que a Camila no le gustaba ir al hospital; había pasado gran parte de su infancia ahí y ahora de su adolescencia; suspiro cansada y se vio de nuevo acostada en aquella camilla.

— Muy bien, Camila. Ya sabes que tienes que hacer. No puedes moverte.— recordó aunque Camila ya se lo supiera de sobra. Cerro sus ojos y se dejó llevar por el sueño mientras era metida a aquel cuarto de tortura, o eso le parecía a ella; tal vez haciéndole un daño más.

Cuando se despertó su garganta estaba seca y el malestar general no cesaba, soltó un bufido y levanto la cabeza encontrándose con las mismas paredes blancas del hospital, sin percatarse que dos ojos más la observaban desde el otro extremo; era Darren. Camila con una expresión triste se levantó de la camilla y puso un gorro de color gris en su cabeza, tapando el poco cabello que le quedaba. Suspiro mirando sus pies blanquecinos y pálidos como estaba toda ella ahora; soltó un pequeño brinquito al sentir unas manos frías en su cintura; se volteó de manera rápida y miro a Darren dejando salir una gran sonrisa para luego abrazarlo.

— ¿Que haces aquí? — pregunto separándose y poniendo una mano en su pecho.

— Estaba revisando a un paciente, entonces te ví. Quisiera encargarme de tu caso. — respondió acariciando sus brazos de arriba abajo. Camila lo miro enternecida mientras se erizaba por su tacto.

— Puedes hacerlo, me gustaría verte todos los días. — susurro bajando la mirada a sus labios, este sonrió y se acercó más depositando un beso en su nariz.

— Sabes que no podemos, Camila. — murmuró y se alejó de ella dejándola desencajada una vez más.

Hace unos meses Camila había confesado sus sentimientos hacia Darren y este, muy orgulloso, dejando enaltecer su ego, le había dicho que ella le atraía, dejándola con unas grandes alas de esperanza, aunque no debería ser así.

Camila bajo un poco su mirada haciendo que Darren depositara un pequeño beso en su frente.

— Eres muy pequeña aún, Camila. Tienes 17 años y yo 24 ¿Cómo quieres que funcione? — dijo serio y está nego con la cabeza.

— Eso no tiene nada que ver.— respondió y rápidamente se acercó dejando un beso en sus labios.

Salió de allí corriendo, a pesar de su malestar, a pesar de su poca fuerza, a pesar de que no pudiera hacerlo. Porque ella estaba enamorada de Darren y podía y se sentía capaz de hacer cualquier cosa por él, o eso creía.

-------------------------------------

¡Hola!
¿Buenas tardes?

¡Otra nueva historia en camino!
Espero que les haya gustado este primer capítulo; porque habrán muchos más.

- Linda.

༆ᴛᴏᴜᴄʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora