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Era un día soleado, de esos en que los pájaros cantan y la paz y tranquilidad de sienten latente; como lo que transmitían aquellos ojos verdes, que con un atisbo de felicidad miraban por la ventana, buscando aquello que tanto anhelaba, una pequeña luz que tanto le ayudaba; soltó un pequeño suspiro empañando el vidrio que le impedía sentir el aire que tanto le gustaba. Hacia unos años sus padres le habían prohibido salir de casa, al menos que fuera al hospital o a las citas con su psicólogo.

Se sentía frustrada y triste por solo ver esas cuatro lúgubres paredes; necesitaba salir, necesitaba sentir el aire, el pasto, los pájaros; necesitaba sentir cualquier otro sentimiento que no fuera el de vacío, pero sobre todo, necesitaba su vida de nuevo.

Se alejó de la ventana y camino hasta la puerta de su recamara; saliendo de manera lenta. Acomodo su cabello al bajar el último escalón de las escaleras que daba a la sala de esa gigantesca casa.

Una casa tan grande, y mi alma tan sola.

Pensó y siguió caminando por aquella gigante casa, preguntándose porque le había tocado vivir aquello; Lauren se sentía extremadamente vacía, ese sentimiento no se iba, hasta que llegaba él, "su anestesia" para calmarlo, aunque después volviera, lograba sentirse bien una sola vez.

Frustrada le propinó un buen golpe a la gran mesa de color café por la cuál pasaba; así mismo como lo hacía Camila al lado de sus padres, con su ceño fruncido y sus puños cerrados dejando ver sus nudillos blancos a causa de su rabia. Nego con su cabeza y le dedicó a sus padres una mirada de desaprobación.

— ¡No pueden hacerme esto! — replicó dejando salir un resoplido.

— Lo siento, Camila. Pero ese hombre no te hace bien; mucho menos para tu salud. — Alejandro paso una mano por su cabello con calma, no quería pelear, o al menos, que su hija les agarrará odio.

Después de ese inesperado beso y que Camila saliera corriendo de esa manera, Darren se había quedado un poco sorprendido y con una sonrisa socarrona; mientras que no se percata a que Alejandro y Sinuh Cabello habían presenciado todo.

Estaban a punto de ir a reclamarle que se alejara de su hija, pero un gran alboroto los alertó; Camila de había desmayado en toda la mitad del pasillo. Esta al estar tan débil por su recién quimioterapia y el "gran" esfuerzo para su condición, le habían pagado factura, sus piernas se habían debilitado y se fue de bruces al suelo.

Los cabello preocupados por su hija corrieron hasta ella, por suerte, no había sido nada grave y está después de unos minutos despertó sintiéndose extremadamente débil. Estos al ver tal escena, decidieron que lo mejor era negarle cualquier acercamiento junto a Darren; ya habían llegado al límite; aunque para Camila no fuera así.

Ya que se había enojado tanto que había tirado la puerta de su cuarto en la cara de sus padres. Camila se tiró a su cama mientras dejaba derramar lágrimas silenciosas, al sentir que le quitaban de su lado a su gran amor. Así mismo, como lo hacía Lauren, aferrada a un pequeño muñeco en su habitación; sintiéndose una vez más mucho más sola.

Sus lágrimas corrían hasta llegar al cuello de su camisa mojandolo, no podía parar, aunque no le gustará. Rápidamente se secó las lágrimas y se levantó caminando hacia el baño; sus padres habían llegado y sabía, que entrarían a su habitación sin ningún permiso, para preguntarle cómo iba yendo su día, como si realmente les interesará, sin saber que para su hija su propio infierno era esa casa.

Movió la llave dejando que la lluvia artificial se derramará en su cabeza empezando a mojar todo su cuerpo, camuflando sus lágrimas.

— ¿Lauren? — escucho a su madre entrar a su habitación, pero simplemente lo ignoro dejando escapar un pequeño sollozo, que su madre había podido percatar.— Hermosa, solo quiero que bajes a cenar.— finalizo su madre y salió de allí.

Lauren soltó un suspiro y después de unos minutos en los que se dedicó a limpiar su cuerpo junto a sus lágrimas, salió del baño. Poniéndose su pijama se recostó de nuevo en su cama, mirando hacia el blanco techo, fundiendo sus pensamientos en este.

Lauren Jáuregui; había sido una niña sana desde que nació, nunca había provocado problemas, sus padres estaban felices con su única hija; hasta que un día todo cambio
Lauren sufrió un grave accidente, gracias a un compañero de su clase, esta se había golpeado fuertemente la cabeza quedando en coma por dos años, provocando un atraso en sus estudios y en su vida; además de las graves secuelas que le había dejado esto.

Lauren al salir de su estado de coma, solo recordó su nombre y el de sus padres, desde eso, siempre tenía pesadillas; además de el fuerte transtorno mental.

Los Jáuregui decidieron no volver a dejar exponer a su hija de tal cosa como la sociedad, buscando "su bien", solo querían protegerla; pero eso Lauren no lo entendía.

Desde el accidente había recibido clases en casa, y siempre le había parecido normal; aunque no tuviera más amigos que sus muñecos de peluche. Para Lauren, ella se encontraba, perfectamente bien, como para vivir su vida normal de adolescente; aunque, esto no fuese así.

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¡Hola!
¿Cómo están? ¿Buenas tardes?

¡Otro nuevo capítulo!
Espero lo disfruten u.u

Besos en esas qks.

- Linda.

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2019 ⏰

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