Introducción.- Madre Valkiria

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El olor de las flores suele ser un indicativo de algo positivo, usualmente un sitio calmado, un entorno donde puedes conseguir relajación y tranquilidad.
Sería bastante cierto para la mayoría de las personas, pero no para el pequeño manojo de nervios y miedo que se hacia ovillo en el rincón de la habitación.
El fuerte olor a rosas que le inundaba la nariz era sin duda algo que le aterraba, sus piernas temblaban y su corazón golpeteaba con vehemencia dentro de su pecho.
No era algo que supiera bien pero... Los hechizos de protección eran usualmente acompañados por características como el olor frutal, floral o avainillado, así como una sensación envolvente.
Cálida.
Su madre solía arroparlo y susurrar palabras ininteligibles que lo hacían sentir así.
Y los suaves pétalos de las rosas parecían existir por un momento mientras las manos de su madre pasaban por sus cabellos rubios, casi blancos, dándole el cariño y la tranquilidad que necesitaba.
Y sería así en ese caso si no fuera por que desconocía de dónde venía este aroma o la sensación... Por algún motivo, se sentia sumamente triste y vulnerable.
Era un niño muy pequeño.
Había nacido antes de tiempo, por lo cual estaba siempre al cuidado de sus hermanas Lena y Elin.
Lena tenía un carácter fuerte, era una luchadora nata, a pesar de su cuerpo algo delgado y de aspecto delicado, al igual que su madre Valkiria, era feroz en batalla, su magia radicaba más en una fuerza descomunal y en aspectos ofensivos.
Elin por su parte trataba más con la magia como una herramienta para sanar y ayudar a otros, pese al carácter recio de su familia, la niña había heredado más el carácter noble y dócil de su padre... Al igual que un par de ojos azules y cabello más oscuro que el de su rubia hermana y madre.
Bjorn no encajaba en ningún lado en su familia.
Era débil, no podía compararse con la fuerza de Lena ni con su feroz y devastadora magia, no era util como Elin, apenas sabía un poco de hierbas curativas y no daba más, jamás podría compararse con su madre, la líder de un viejo grupo de brujas, que protegía a todas las mujeres que vivían ahí en el pueblo escondido entre el bosque y las nevadas montañas.
Por eso siempre estaba siendo salvado, protegido, alimentado y cuidado por las damas en su hogar.
Lena le amaba con locura, ante cualquier motivo por más absurdo que este fuera le expresaba lo orgullosa que estaba de él, Elin lo llenaba de mimos y canciones para que pudiera dormir, curaba sus raspadas rodillas y codos.
Pero su madre...
Su madre Valkiria era la mujer más dulce que jamás había conocido.
Veía su larguísimo cabello dorado y de un tono vivo y llamativo ser trenzado por sus hermanas mientras ella, susurrando, le protegía con hechizos y mantras que él aunque no comprendía, sabía que estaba bien.
Que eran algo bueno que lo hacía sentir a salvo.

Aunque en ese momento no era el caso.

Temblaba lleno de pánico en la habitación por una sola razón.
Sabía que las rosas, que esa sensación y ese aroma eran sólo de Valkiria... Pero su madre no estaba ahí.
Elin miró con ojos sorprendidos a Bjorn, intentando pasar por la puerta corriendo.
Pero rebotó como si algún textil la retuviera en el marco y la hiciera dar algunos pasos atrás.
Lena corrió con la misma suerte cuando intento entrar, siendo repelida con la misma feroz fuerza con la que había intentado entrar.
—¡Busca a madre! ¡Ahora Lena! — grito desesperada Elin, intentando deshacer lo que fuera que estaba manteniendo a su pequeño hermano encerrado en la habitación.
—Bjorn, escuchame, todo va a estar bien, Lena y madre volverán pronto, madre sabrá que hacer— consoló la chica mientras veía a su hermano acercándose a la puerta para poder observarla.
Limpio con sus manos las lágrimas que había llorado por el susto, Elin lo miró con ojos amorosos, deseando que aquello se acabará pronto.
Pero la pena la inundó de repente, haciendo que apretara fuertemente el collar que llevaba consigo, lastimandose la palma con las piedras que este tenía.
Su garganta se cerró y sintió un fuerte deseo de sollozar con fuerza, pero se contuvo al ver a su pequeño hermano confundido y asustado.
Su mal presentimiento solo se hizo mayor cuando, dentro de sí... Sintió un incremento maravilloso pero descomunal...
Una fuerza increíble que la hacía sentirse como un contenedor inadecuado para tanta magia.
Miró al confundido Bjorn, que parecía tener el mismo shock, la reacción ante un estímulo raro...
Lena no volvió hasta bien entrada la noche, con malas noticias.
Para su desgracia.

Valkiria había perdido la vida a causa de algunos hombres provenientes del mar.

La mujer se negó rotundamente a dirigirlos a la colonia de brujas que había en medio del bosque.

Le asesinaron ante su negativa, su orgullo y su espíritu guerrero le prohibieron escapar a una batalla.

Iría entonces al Valhalla, sus hijos lo sabían y la comunidad entera le adoraba por su sacrificio y su voluntad inquebrantable.
Pero una familia de brujas sin una madre era una familia desamparada.
Incluso si sus hijos habían recibido todo su poder, era algo que no podían manejar fácilmente, era demasiado para ellos.
Especialmente para Bjorn, que hasta ese momento... Era un ser humano sin magia en él.
Era relativamente normal que en las familias de brujas de aquel lugar los varones carecieran de magia, era común de hecho que se les relegara a tareas del hogar o donde emplearán fuerza bruta.
Al ser tan pequeño y ser hijo de Valkiria, Bjorn nunca se vio obligado a realizar ninguna tarea, ahora, con fuerza mágica de su lado, aunque fuera solo de protección, era todo un milagro en lo que se refería a probabilidad.
Un varón con magia hijo de la líder del aquelarre. 

Lena heredó la fuerza mágica de su madre, sus hechizos más destructivos y negativos, una jovencita de 17 años con el deber de hacer cumplir la ley y el orden impuesto en la colonia.

Elin recibió la fuerza curativa de Valkiria, así como su puesto como líder, que, aún con 15 años apenas, aceptó gustosa, siendo de los tres herederos la más capaz de dirigir al clan por su razonamiento y su capacidad de mantener la calma en situaciones de peligro.

Bjorn... Con apenas 10 años cuando su madre murió... Aparentemente no había recibido nada más que un fuerte hechizo de protección que lo hacía oler siempre a rosas...

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Hola!
He comenzado este proyecto ante lo atrayente que me resultaba la idea de escribir sobre magia y brujería, debo decir que probablemente los datos sobre la magia y los términos sean imprecisos debido a que este universo no es en el que existimos nosotros, es meramente fantasioso, siendo el tipo de brujería manejada aquí una mezcla de los registrados a lo largo de la historia y por todo el mundo.
Esta parte es apenas una introducción.
Espero la hayan disfrutando.
Cuéntenme que opinan, me encantaría saberlo.

PinkyBubbleTea

Cuentos de un ciervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora