Cuando el corazón empezó a funcionar.

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Ese día había estado colmado de sorpresas, tanto alegres , como tristes, y otras tantas desagradables, la primera con la que me recibió el día fue en la orilla de mi ventana viéndolo correr con la sudadera de la selección nacional, era temprano apenas comenzaba a asomarse el sol mientras el ya llevaba no sé cuánto tiempo entrenando, debo confesar que le queda bien , y aún más le sienta esa sonrisa que nunca había visto, sé que su gesto no lo hizo con el afán de molestar, después de casi 4 meses viéndolo pasar todos los días prodigiosamente a esa hora , hizo que lo conociera un poco más, si es posible conocer a una persona sin hablarle ni tocarle, pero yo lo hice, cada mañana su saludo mudo me sacaba de quicio las primeras veces, su cara sin expresión me molestaba y llegue a sentir que él era la arrogancia andando, pero conforme pasaba el tiempo su presencia se volvió necesidad, y esta a su vez era el motivo por el cual seguía adelante, sin darme cuenta quería estar hombro a hombro entrenando con el cómo meses atrás, no había entendido que él era la única persona que creía en mí en sus mudas palabras, y su única forma de ayudarme era llevándome al límite, que tonto que nunca lo entendí hasta el día de hoy, que puedo verlo a los ojos sin rabia, sin enojo , solo tengo agradecimiento para el .

Al principio no lo niego caí en depresión después de ese juego fatídico donde me lastime la espalda, termine internado y con una gran lesión dela cual los médicos decían que no podría reponerme, al principio mis amigos y compañeros pasaban a visitarme, hasta haruko lo hizo, pero no dejaba de ver en sus ojos lastima y pena por mí, algo que no ayudaba en mucho, eso al contrario de alentarme me hacía sentir más miserable, ni ellos tenían esperanzas de que volviera a jugar, eso me hizo no querer tomar las terapias, no permitía que me asearan , lo quería hacer yo solo , y en vista de que no podía, tenía una imagen de una piltrafa humana, si mi padre estuviera aquí sé que nunca me hubiera dejado caer a esas profundidades.

Por otra parte estaba mi madre y mi padrastro ellos solo llamaban una vez a la semana por el primer mes y cumplían con hacer el pago del hospital y de mi enfermera , solo era la palabra que rondaba en mi habitación, con las semanas para ser preciso después de 3 las visitas se fueron acortando llegando a ser visitado por mi gudam una vez en la semana, no los culpo la distancia y ellos tiene una vida que yo en ese momento veía tan lejana y de repente un viernes en la noche recibí la visita que nunca me imaginé tener, confieso que al principio me enfurecí y no con el si no con la vida, viéndolo a él teniéndolo todo y a mi postrado en una cama de hospital, para mí no era justo, lo corrí de mi habitación repetidas veces pero en vano.

-lárgate de aquí o mando llamar a las enfermeras

-..............

-que no escuchas zorro apestoso ¡lárgate ¡

Sin saber por qué volteo a verme con esa mirada y expresión que en sí sola no dicen nada, pero al perderme en sus ojos azules como el mar se veía un dejo de enojo, el cual me hizo estremecer hasta lo más hondo de los huesos.

-El único apestoso aquí eres tú, mírate como estas.

-y a ti que te importa

-no puedo creer que me preocupara de que tu podrías ganarme.

-cállate estúpido solo espera a que salga de aquí y te demostrara quien es el Tensai

-solo no olvides bañarte.

-idiota si pudiera no estaría así.

-Y que te lo impide?

-Estúpido no me vez estoy en una cama

-y eso que

-aaaa no sé por qué sigo discutiendo contigo

-si quisieras le pedirías ayuda a tu enfermera

LATIDOS DE Vida (slam Dunk) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora