Sin compromiso alguno, simplemente historias que salieron por algún rincón de mi mente sin aparente razón y con un único propósito; diversión y dulzón.
Palabras dulces relatadas en escritos cortos, futuros proyectos, tal vez.
「🐣」recopilado de one s...
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El olor exquisito a mantequilla proveniente de la panadería tradicional, no necesariamente del horno.
Un omega lindo con cabello rubio detrás de la caja registradora, ni siquiera el mismo olor del pan recién hecho lograba opacar el delicioso aroma que emanaba aquel quien porta unos labios rechonchos junto a unas mejillas sonrojadas.
Podrías simplemente pasar de manera tranquila y casual por el local sin intención alguna de entrar a él, pero la fragancia tan fuerte era imposible ignorarla. Incluso si el omega Park no se encontraba en su celo, la nube con su característico olor se esparcía disparado por todos lados debido a la alegría de trabajar y con ello poder costear su tan adorada universidad en Seúl.
El más grande sueño del pequeño y a la vez independiente JiMin era estudiar en las afueras de la ciudad. Y no porque no le gustara Daegu, al contrario, él ama cuán tranquila puede llegar a ser su ciudad natal, el único punto malo de ella son las pocas opciones de estudio. No había oportunidad de tomar la carrera con la que deseaba hacía ya un tiempo atrás en el lugar donde se encuentra actualmente, por ello trabajar para poder ir a la gran capital era su meta fijada por ahora.
Los clientes frecuentes lo saben, con ello también los nuevos que llegan por casualidad pero por la amabilidad y emoción del muchacho regresan por más. Absolutamente todos saben sobre el sueño de Park JiMin, ahí incluído el alfa Kim TaeHyung, quien tiene un sueño algo parecido al mayor de baja estatura; seguir con sus estudios.
La campanilla de la puerta se hizo escuchar una vez que el castaño cruzó con una gran sonrisa cuadrada, dando paso a su peculiar aroma a pan tostado.
El lobo del rubio se emocionó de solo sentir ese cálido aroma abrazador dentro de las cuatro paredes color blanco con toques rojos. Un lugar realmente lindo y acogedor, mucho más con la presencia del alto con piel canela.
¿Qué dirían sus jefes si se percatan que lleva una relación no tan encaminada a ser solo amistad con el proveedor de recursos primos?
En realidad; nada. Kim NamJoon, dueño de la popular panadería junto a su recién matrimonio, Jung HoSeok, sabían de manera perfecta cómo las miradas eran mutuas, y esto lo reafirmaban a la hora que una explosión de dulces aromas se hacían llegar a sus fosas nasales. Encima siendo ambos betas podían detectar perfectamente la creciente de ambas esencias.
Todos parecían darse cuenta de sus coqueteos involuntarios, menos ellos mismos.
—Hola, TaeHyung. —JiMin fue el primero en saludar, ya que la creciente vergüenza en el menor apareció al toparse con el lindo rubio junto a un suéter que lo hacía parecer aún más tierno. En definitiva hacía que sus ganas de tomarlo entre sus brazos y abrazarlo fuertemente crecieran.
—Hola, JiMin-ah. —Desvió la atención del de mejillas grandes hacia la tabla que tenía entre sus manos una vez que dejó un gran costal de lo que parecía harina encima del mostrador—... Tal parece que esta semana solo es harina —habló desanimado una vez que hojeó buscando por más en el pedido de la panadería dulces hoyuelos, cuando sabía claramente que no había nada más.
¿Por qué significaba eso una mala noticia? El jefe del castaño pensaría que es menos trabajo, por lo cual el muchacho debería estar feliz, pero al tratarse de un pedido pequeño en esta sucursal en específico lo hacía sentir decaído a él y a su lobo. Un pedido pequeño igual a menos tiempo junto al lindo rubio.
Lo sabían bien, y tal vez sería incorrecto para ambos que el moreno se quedara un poco más de tiempo en el local, pero aun así el mismo alfa decidió dar unos pasos para estar delante del contrario. Solo el mostrador los separaba, escasos centímetros, lo que parecía ser largos metros.
—¿Qué harás al terminar tu turno? —Por fin se atrevió a formular aquella pregunta que siempre estuvo enredada entre su lengua y poca seguridad.
El rubio alzó una ceja, haciéndole ver más guapo de lo esperado, para después decir; —No tengo ningún plan, ¿por qué, TaeHyung?
—Te invito un café, el segundo mejor de Daegu, claro está.
JiMin miró la cafetera detrás de sí y cómo el electrodoméstico tiraba gota a gota cafeína endulzada, después regresando la mirada hacia el lindo castaño frente suyo.
Un asentamiento fue suficiente para que ambos corazones y lobos se sintieran tan felices.
TaeHyung podría sacar monedas debajo de los cojines, JiMin podría retirar unas cuantas de sus propinas. Todo para que después de ese atardecer llegaran sus manos reunidas, en un silencio acogedor junto a café y olores mezclados a pan tostado con mantequilla.
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Empezando soft con la recopilación, así es. Al comienzo iba a tratarse de una historia angust, pero you know, mi corazón meloso pedía que fuera lo contrario, y gente; debemos de seguir a nuestro órgano palpitante:')♡
Además, es la primera vez que saco a relucir una historia vmin y omegaverse, me emociona que sea de tal manera.
Espero que les haya gustado y le den mucho amorcito, porque de ser así me tendrán más seguido por acá;)♡
