El Faro Maldito [paranormal - Gore]

One Shoot

Eran las 3:30 de la noche salia de una reunión de ex-alumnos de la escuela, a pesar de que tenia unos tragos de más decidí manejar hasta casa, aunque no encontraría a nadie esperándome , pero algo perturbaba mis pensamientos, era un mal presentimiento.

Las calles de la ciudad estaban vacías, y solo escuchaba el ruido del motor en marcha, corte el camino a casa tomando por la calle 66 así solo tendría que conducir unas 3 cuadras más y al fin estaría en casa para dormir. a la mitad de la calle pude distinguir un faro con luz amarilla, un amarillo que te provocaba nostalgia, como si extrañaras algo que ya no esta, y dentro de aquella luz se encontraba una joven, de tez blanca, cabellos negros y facciones asiáticas, su mirada estaba fija en esa luz y era impresionante ver como estaba perdida en ella. Toque el claxon de auto esperando una respuesta, pero ella seguía ahí sin reaccionar, decidí bajar del auto y acercarme a ella, pero antes de que pudiera decirle algo ella me miro. -No deberías estar aquí- dijo, y mi piel se erizo.

La muchacha seguía mirando la luz atenta sin parpadear, cuando volvió a hablar, - ¿Acaso quieres ver mi faro?- pregunto iracunda, por un momento sentí que iba a morir, y de pronto salio de aquella luz corriendo y se interno en un oscuro callejón. Perdí el habla ante aquella extraña situación, así como ella dijo me sentí, sentí que no debería estar hay, que debía correr a mi auto y salir de allí, pero en ese momento no hubo limites para mi curiosidad y termine entrando a aquel oscuro lugar. Aquella joven se encontraba un rincón del callejón y la podía oír sollozar y balbucear constantemente con voces extrañas, parecía que tratara de convencer a alguien más, entonces un grito macabro salio de su boca,-¡YA ES MIO!- Y entonces en un parpadeo la apariencia de la muchacha cambio en lo que parecía ser un demonio, sus ojos eran completamente negros y de ellos brotaba un liquido del mismo color, y sus manos ya no eran manos, si no, tres enormes cuchillas afiladas, y en otro pestañeo, ya estaban incrustadas en mi pecho, me atravesaban sin compasión y de pronto estaba yo hay en un tercer plano viendo como mi cuerpo se desangraba, pero ya no sentía dolor aquel monstruo había terminado conmigo.

Una luz blanca ilumino a aquel demonio y parecía arrancar el alma de aquella joven, ella me miro con lágrimas en los ojos y una sonrisa, agradeciendo pero lamentándolo, entonces aquel demonio se unió a mi en un abrir y cerrar de ojos. Desde ese momento tengo dos opciones, guardar el faro con recelo y "vivir" con el demonio o esperar a alguien que ocupe mi lugar...