Prologo

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Clark Kent, un hombre bueno, íntegro, responsable, y enamorado hasta las trancas de un multimillonario, si Bruce Wayne, sería demasiado difícil haberse conocido, pero el destino los junto, Kal-El nació en Kriptón, siendo un alfa en busca de su Omega, en un planeta destruido hace mucho tiempo, llegó a la Tierra en una cápsula de escape siendo encontrado por Martha y Jonathan Kent, vivió en una granja resguardando sus poderes hasta que el mundo lo necesito, sus poderes lo hicieron único, se  hacía llamar Superman, en su trabajo como superhéroe conoció a Batman, otro superhéroe y alfa con el que llegaría a trabajar y a mantener una relación de amigos, justo su relación evolucionaba y cambiaba a partir de que Bruce encontrara a Jason Todd, un niño bastante curioso, que trato de robarle a Batman, este al tener al niño en su vida estaba más accesible a pesar de que el chico era muy agresivo, no lo culpaba púes al vivir en las calles de Gotham, aprendías a sobrevivir como sea, pero eso no importaba ya era legalmente hijo de Bruce Wayne, así que Clark empezó a hablar con Jay Jay como le decía, era agradable pero solía burlarse de cualquier situación en la que se encontraban, luego llegó el fatídico día de la muerte del chico, Bruce se encerró en sí mismo, y Clark pensando en que lo podría ayudar a salir de la depresión, se quedó junto a él, Bruce ya era sumamente indiferente, estaba cansado y la muerte de Jason lo había sumido en la oscuridad, se culpaba por su muerte, con el tiempo llegó Tim, él era una luz en el camino pero no lo suficiente fuerte para sacarlo de pensar en Jay, Clark solo le servía como desahogo sexual, ya que no volvería a dejar que nadie entrará en su corazón.

Tiempo después llegó Red Hood, un villano bastante loco por querer enfrentar a Batman y todo aquel que llegara con el murciélago, ese chico era muy bueno peleando y desarrollando planes, ya que hasta a Superman había podido derrotar, la cuestión era que cada movimiento del chico era muy conocido por el murciélago, después se dio cuenta de que era Jay, su Jay, pero no estaba bien, el creía en matar a cada villano de la ciudad empezando por el Joker, eso lo llevó a muchos enfrentamientos, hasta que se encontró cara a cara con Bruce, este lo enfrentó diciéndole que lo que hacía estaba mal, que volviera con ellos a la mansión o que si seguía en ese camino lo atraparía, el chico no hizo caso y siguió con lo suyo, Batman lo encerró un tiempo en Arkham, Clark fue a visitarlo varias veces viendo cómo el tono de cabello del chico se hacía pelirrojo y sus ojos, esos ojos seguían igual de traviesos, era un muchacho de 16, pero si mirabas sus ojos había más...

-¿Que te trae a visitar a un mercenario, Sups?-Decía cada vez que iba a verlo.

-¿Cómo iba a dejar a mi Jay Jay solo?-Decía mirando al niño que había sido, no quería dejarlo solo por mucho tiempo, se había encariñado con él.

-Jay Jay, hace mucho que no oía eso, estoy buscando la manera de salir de esta casa de locos.-Decía suspirando, en verdad odiaba estar encerrado con lo peor de Gotham.

-Te ayudaría si Bruce lo permitiera.-Dijo bajo.-Alfred te envío galletas y un termo con café.-Dijo levantando una mochila, abriéndole y dándole las cosas a Jason.

Jason bajo la mirada bastante ido, le gustaba que Alfred lo tratara bien, siempre le enviaba cartas cada semana esperando el día en que volviera a casa.

-Cómelas antes de que intenten quitártelas.-Dijo Clark levantándose, tenía que irse no podía quedarse tanto por órdenes de Bruce.-Cuídate Jay, vendré después.-Dijo dándose la vuelta dejando al chico frente a sí.

Era extraño púes nunca lo había tratado como su hijo, muy al contrario, podría decirse que eran amigos, o al menos eso creía Clark.

Pasaron un par de años, hasta que Red Hood desapareció de la vista pública, nadie sabía nada de él, era sumamente extraño, ya era ayudante de Batman, pero seguía siendo muy agresivo e impredecible, una tarde antes de que desapareciera  las cosas llegaron hasta el límite de Bruce y encaro a Jason frente a todos, incluida la Liga de la Justicia.

Mi PetirrojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora