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Estaba equivocado.

Casi seguro de estar oliendo mermelada de cerezas, unas manos fuertes lo agarran de los brazos y lo sacan del calor de su cama. Se siente como si fuese un pequeño ratón siendo atacado por un águila, se siente como si su cuello fuese a ser desgarrado y devorado por un duro pico.

Tiene los ojos con legañas, pero al tocar las manos de nuevo, comprueba que es solo Polnareff, el tonto Polnareff y sus manos sin vellos. Está seguro de que el hombre solo tiene pelo en la cabeza. "Kakyoin." Ni siquiera  cree que eso es posible.

Se siente en cámara lenta, sus brazos se mueven vagamente hacia la cara del francés, esperando poder callarlo y poder decirle con claridad que lo suelte de una vez y que lo deje dormir. No está seguro de si apunto a la boca o si apuntó a los ojos. Pero siente sus dedos calientes y sus ojos se abren para comprobar que no ha hecho algo que no quería.

Polnareff no dice nada, está sosteniendo a un adolescente semidormido porque creyó que tenía una pesadilla, y resulta que se lo paga de vuelta metiendo sus dedos a su boca y ensuciándolo con su propia saliva, pero no quiere cuestionarlo, quizá es una forma de decir 'buenos días' en japón. Solo le queda esperar a lo mejor, así que lo repite. "Buenos días, son las 4 de la mañana."

Parece que hubiese visto un fantasma, pero sabe que incluso en pijama verde y con la piel hirviendo, Kakyoin sabe mantener la compostura, digna de Japón. A pesar de que su mente corra a cien y... ¿sus dedos están con su saliva?

"Me has babeado la mano."

No es lo más inteligente para decir, realmente no lo es. Pero no tenía muchas opciones en esos segundos, no creía que un casual 'buenas' fuera algo decente en esas circunstancias. Aunque su pijama tenía un diseño de cerezas en los pantalones, ser decente no era algo que pudiese ser en esos momentos. Al menos quiere guardar un poco de su dignidad.

"Si. Al parecer para callarte debo apuntar mi palma a tu boca."

"Los dedos ensalivados son algo sexy, no deberías de quejarte."

Y tiene el descaro de reírse, no sabe como, pero aun puede hacerlo, es físicamente capaz de hacerlo. Eso hace que Kakyoin quiera golpearlo, esta vez en serio, así que lo hace.

"Grosero." Dice Polnareff. "Por cierto, andabas quejándote de algo, era molesto, ¿tenias una pesadilla?"

En esos momentos, Kakyoin recién nota que todavía esta sostenido por el francés, tiene las piernas fuera de la cama, no es un buen momento para ponerse a pensar sobre eso.

"¿Porque tendría que ser una pesadilla?"

Parece que eso lo hubiese puesto realmente a pensar, la frente del francés se curva en arrugas mientras finge una expresión de pensamiento, y sus labios se fruncen, es una expresión graciosa, si no fuera porque todavía tiene la cara manchada de saliva. "Quiza porque andabas llamándome, y por la cara que tenías."

Genial. 

"Por si no lo has notado, mis expresiones faciales son casi nulas."

Eso se le hace un chiste. "Te lo niego. Hacías una especie de..." Y entonces Polnareff hace una cara que... Oh Dios. "No lo sé, cara de desesperación."

Oh no.

No.

Quizas su verdadera cara de desesperación era la que tenía el en ese instante. Quizás podrían tomar una foto de su cara y ponerla en la descripción de un diccionario en la letra D. Quizas ahi podría su cerebro comprender lo que pasaba.

Kakyoin quiere agarrar a Polnareff, un buen moreton podría adornar esa atractiva cara suya, o podría dejarle un buen recordatorio de sus puños en sus pectorales. De hecho, quedarían bien, harían ver mas guapo al caballero.

Cuando se atreve a verlo a los ojos de nuevo, sabe que Polnareff lo ve haciendo un mohín, como un cachorrito arrepentido. "No lo decía en serio Kak, no te enojes conmigo. Te besare los pies si quieres."

Realmente no sabe como reaccionar a eso, pero lo siguiente que sabe es que ha agarrado el cabello plateado del francés y que lo esta forzando a pegar sus labios contra los suyos.

Bad Romance [KakPol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora