Tu mirada tan dominante...
Tu sonrisa tan brillante...
Tu caminar tan elegante...Esas pequeñas cosas de ti me mandaban a un paraíso lleno de felicidad.
Pero alguien más es dueño de esa mirada tan dulce y característica de ti
Y si pudiera vender mi alma al diablo para nunca dejar de mirar ese rostro tan idílico e inefable lo haría, porque a fin de cuentas tú eres mi única razón para abrir los ojos a un diferente pero repetitivo día.
Solamente tú puedes provocarme todos estas fantasías que recorren mi mente día y noche cada vez que recuerdo esa resplandeciente sonrisa.