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Marcos:

Después de todo lo que hablé y paso ayer con Blanca no sé que hacer cuando la vea. Estoy igual de nervioso que el día que la invite a salir por primera vez.

Las voces Álvaro, Koke y Saúl interrumpen mis pensamientos.

Creo que tienes que contarme algo.-dice Álvaro apoyando su mano en mi hombro.

Oye que yo también me quiero enterar.-dice Saúl.

Como no Saúl cotilla Ñiguez.-dice Álvaro riéndose.

Saúl lo mira con una mirada asesina pero después se ríe.

Bueno cuéntanos.-dice Álvaro.

¿Y cómo que Koke no está aquí?-pregunta Saúl. Él no esta aquí por el sencillo hecho de que él ya sabía lo de la discoteca. De momento no les voy a contar nada de lo de ayer.

Porque él sabe lo que paso el otro día.-digo.

Les cuento lo que paso y ambos se quedan boquiabiertos.

Joder.-dice Saúl.

Álvaro no dice nada pero yo sé lo que siente. Le duele el hecho de que le pudiera haber pasado algo a Blanca y que él no hubiera podido hacer nada. Lo entiendo demasiado bien.

Para Álvaro, Blanca es como su hermana pequeña y no se perdonaría que le pasara algo estando él para impedirlo.

Álvaro, ¿estás bien?-me atrevo a preguntarle.

No, Marcos no estoy bien. Si no llega a ser por ti y por Koke a Blanca le podría haber pasado algo grave.-dice Álvaro con ira.

Álvaro tranquilízate, no le ha pasado nada porque estaban Koke y Marcos.-dice Saúl intentando calmarlo.

Pero si ellos no llegan a estar... no me lo perdonaría.-dice Álvaro triste.

Tranquilo.-digo.

Menos mal que estabais vosotros.-dice Álvaro.

No le des más vueltas. Piensa que ella está bien.-dice Saúl.

Tenéis razón.-dice Álvaro.

Nos vamos a entrenar con el resto y Saúl se acuerda de que tenía que ir a la consulta de Blanca por el esguince.

Blanca:

Todavía sigo pensando en lo que me dijo Marcos ayer. Antes de poder adentrarme en mi pensamientos alguien toca a la puerta de la consulta.

Hola.-dice Saúl.

Hombre Saúl, pensaba que iba a tener que ir yo al entrenamiento a por ti.-digo yo riendo.

Es que se me había pasado.-dice él riendo.

Bueno, ¿cómo llevas el tobillo?-pregunto.

Hice lo que me mandaste y ya no me duele tanto. Pero si tengo una pequeña molestia.-me explica.

Vale, te daré un masaje y otros ejercicios y mañana seguimos viendo cómo evoluciona. Súbete a la camilla.-digo.

Oye.-dice.

Dime.-digo.

Marcos me bueno nos ha contado lo te paso el sábado en la discoteca.-dice y yo en mi mente maldigo a Marcos por contárselo, pero ¿a quién más sé lo ha contado? Pregunto en mi mente.

Sé que igual no te sientes cómoda hablando de esto. Pero espero que te hayas dado cuenta de lo mucho que te quiere.-dice él.

Lo sé Saúl, sé que Marcos me quiere porque ayer quedamos para hablar.-digo. Igual no tendría que habérselo dicho pero sé que es de confianza.

Los imprevistos de la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora