Cayendo al vacio

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¿Como sabes que estas al borde de la muerte?

Chris James Bradford lo sabía. Lo supo desde el momento en que abordo ese automóvil con la persona que el consideraba su mejor amigo, momentos más tarde iba a ser su asesino lo que desencadenaria la división más grande del pais.

Kraloz, un país que estaba consumido por injusticia, sufrimiento y perdición. Gobernado por un rey con gran falta de empatia. A él no le importaba su pueblo. Era cruel, un ebrio e irrespetuoso, pero era rey.
Su pueblo vivía bajo sus faldas, muriéndose de hambre en sus pies, niños llorando a sus muertas madres producto de enfermedades y aunque las personas podían ser curadas con un simple té o un ungüento a base de hierbas, el le negaba todo a su pueblo porque la vida de la maldad es el sufrimiento y lágrimas del bien.

Chris, un joven de solo 26 años lamenta la muerte de su esposa con su hijo de 18 meses en sus brazos sentado a la orilla del río sintiendo como se desgarraba su corazón y alma mientras la corriente se hace cargo de llevarse los pedazos. Jirel, el amor de su vida, asesinada por orden del rey cuando se entero que ella y su familia curaban a las personas sin pedir nada a cambio. Era una joven que hace siete años le salvo la vida. Lo encontró en la calle inconsciente, bajo la lluvia. Ella con todas sus fuerzas lo llevo a su casa y lo curó.

Chris tenía una grave infección en su abdomen, lo habían herido por robarle lo poco de comida que había conseguido trabajando en un establo. Llevaba días asi, su pequeña hermana trataba de limpiarla todos los días pero no curaba, necesitaba medicina. Cada día el dolor era insoportable, ya no tenía mucha movilidad. Un día después de trabajar caminaba hacia su casa, bajo la lluvia, el dolor lo estaba matando, el sabía que no podía morir alli, el tenía que vivir por su hermana. Se empezó a marear, caminaba como borracho y apretandose la herida para que parará el dolor. De repente el solo sintió como su cara cayó en un charco de agua. Se había caido, se había desmayado y tal vez en unos momentos moriría.

Todo estaba muy oscuro, sentía el calor de una vela en su mejilla y unas suaves manos en su abdomen, no dolia, solo se sentía bien, solo se sentía en el cielo.
Abrió los ojos con cuidado y si, muy cerca de su mejilla había una vela, atrás de ella habían unos ojos cafés inmensos que se asustaron cuando el la miro. No pensó que podían ser más grandes pero si, se hicieron más grandes. Bajo la mirada y vio una sonrisa, muy linda que se iba haciendo más grande cuando unas palabras salían de esos labios.

-Estas vivo. - susurro la bella sonrisa.

-¿Lo estoy?

-S-si.

-No lo creo. - En realidad Chris no lo creia, miro abajo y tenía unas hojas sobre su herida. Esto no podía ser real. - Es que parece que estoy en el cielo porque tu...

-No digas que parezco un ángel - ella lo interrumpió - que luego me lo creo y me tiro desde los puentes para ver si vuelo.

-¿Que?

En ese momento ella levanto su vestido mostrando su rodilla, en la cual se veía una gran cicatriz muy larga, comenzaba un poco abajo de la rodilla y subía hasta Dios sabe donde.

-Hace cinco años, mi padre hablaba con mi madre sobre la economía y dijo algo sobre que necesitarían un ángel que los salvara.

-¿Eso te dio ganas de suicidarte? - bromeó

-No, me dio ganas de hacer feliz a mi padre. Pensé que si podía volar, yo era ese ángel. Una muy mala decisión, me tire desde el acantilado del río y caí sobre unas piedras muy afiladas. Una de ellas abrió mi pierna desde aquí - toco abajo de su rodilla - hasta Dios sabe donde.

- ¿Donde es eso?

- Dios sabe.

- ¿Tu no? Es tu cuerpo.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2019 ⏰

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