Barbara despertó sintiendo como un sabor amargo en su boca; abrió los ojos y todo estaba oscuro, no veía nada y tenía las extremidades adormecidas.
Intentó incorporarse pero se dio cuenta que estaba inmovilizada; movió los dedos de su mano, bien, los sentía aunque era incapaz de despegar los brazos de su cuerpo ni separar sus piernas.
Intentó gritar, no pudo, un calambre y un dolor agudo rasgó las comisuras de sus labios, no podía abrir la boca.
-Dios; ¿Qué me está pasando?
De pronto escuchó en la oscuridad el sonido de un cerrojo metálico, a su espalda una puerta se abrió y alguien encendió la luz.
Sintió como miles de alfileres entraban por sus pupilas con un camino directo hacia su cerebro, todo empezó a dar vueltas entre neblina, no podía enfocar bien; poco a poco fue sintonizando con la realidad y pudo empezar a ver con nitidez. Se dio cuenta que estaba atada con cintas de cuero a la altura del cuello, tórax abdomen y piernas; argollas a sus tobillos; sobre el avió la realidad, un espejo colgaba del techo mostrándola el espanto de lo que había hecho con ella.
Tenía con hilo de bramante cosida la boca de forma grotesca, sus brazos, estaban cosidos a su tórax, habían pasado los hilos por el interior de sus costillas y desde su entrepierna hasta los tobillos ambas piernas estaban de igual forma cosidas.
Fue en ese preciso instante cuando perdió el juicio, hasta que oyó como silbaban a su espalda y ruidos metálicos como un niño jugando con la cubertería de mamá.
Alguien se puso a la altura de la cabeza acercando lo que creyó ser una mesilla; dos grandes agujas apuntaban directamente hacia sus dos pupilas, después todo fue dolor y obscuridad.
Ya sólo oía, ruidos metálicos, serruchos no sentía nada salvo ese olor a azufre mezclado con el olor de la carne quemada.
Abrió los ojos; estaba helada de frio pero a su vez su cuerpo estaba empapado en sudor, sentía que nada bueno la ocurría; cada vez era peor y sus pesadillas eran cada vez más abominables.
Esto sólo acababa de empezar; las cosas empeorarían con las ausencias y las visiones.