La mirada

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Una mañana fresca del mes de agosto.
Una taza de café caliente.
Una Magdalena llena de trozos de chocolate.
Pensaba que me encontraba sola, mientras mis pensamientos volaban de un sitio a otro. Mi propósito era fijar mi atención en el simple hecho de desayunar.
La taza, yo y nada mas. Un espacio único.
¿Único?.Un presentimiento de no estar sola me llego a mi mente, parando el continuo parloteo de ideas que me inundaba.
La curiosidad me pedía hacer algo, pero no quería moverme.
Al momento una frente peluda y perruna asomo por encima de la taza y tras ella dos ojos se me hicieron visibles. Dos ojos que hablaban, y decían.
-No te lo voy a pedir, pero si me dieras algo de comer me harías el ser más feliz del mundo.
Creo que eso es lo que me decían, o al menos así lo intérprete.
Merecía un premio su actitud.
Esa fuerza que tenía para contenerse ante el deseo de abalanzarse sobre las magdalenas, era mucho más fuerte que mi capacidad para detener los oscuros nubarrones que surcaban mi mente.
Con la mano cogí una de las magdalenas quitándole el papel que la cubría con mucho cuidado para no desperdiciar nada de su CONTENIDO, mientras los ojos de ella la seguían.
- Toma. Te la has ganado amiga. Ojalá yo consiguiera mantener esa atención todo el tiempo.
Si tu puedes yo también lo puedo conseguir. Serás mi ejemplo.
Con tranquilidad se la di, y vi como desaparecía en su enorme bocaza.
Al mirarla de nuevo, me di cuenta que su objeto de observación había cambiado.
La otra magdalena le hacía fijar sus ojos.
Ese sería  su siguiente objeto de "deseo".

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⏰ Última actualización: Apr 11, 2022 ⏰

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La Magdalena o como fijar la atención. (Cuento Zen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora