Fallin' For Ya.

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Era una mañana gélida de diciembre, las hojas de los árboles eran golpeas fuertemente por el viento que iba de un lado a otro provocando que crujidos salieran de estas, las personas iban y venían cada quien en su burbuja, nadie prestaba verdadera atención a su alrededor, era un día normal para cualquier habitante de aquella enorme ciudad.

Para cualquier habitante menos para Joaquín quien caminaba por las frías calles de la ciudad rumbo al colegio y si tenía suerte llegaría a segunda hora, esa mañana, definitivamente no fue su mañana, todo parecía estar en su contra aquel día, el agua caliente decidió no caer hoy sobre su cuerpo recibiendo así agua sumamente helada, su desayuno se quemó y de camino pisó un charco mojando su tenis por completo.

El castaño finalmente llegó a su destino, noestaba de humor y realmente no quería hablar con nadie, sin embargo, y como de costumbre, miradas se posaron sobre él, pero vamos como no lo harían si se trataba del mismísimo Joaquín Bondoni, un dulce chico con una dulce mirada, que sin duda podía cautivar a más de una persona, caminó a lo largo del pasillo siendo receptor de todas esas miradas, sonrisas coquetas o algún halago espontáneo, pero joaquín no era ese tipo de chico que caía enamorado al recibir una linda sonrisa o un tonto halago, y eso se notaba a kilómetros, pero aún así las personas que lo pretendían no perdían la oportunidad de dedícarle una sonrisa al chico.

Dejando todo el bullicio atrás, entró a su salón correspondiente, efectivamente había llegado a tiempo a su segunda hora de clases pero el asiento que normalmente ocupaba, el cual se encontraba justo enfrente, ya estaba reservado por una chica pelirroja que yacía sentada en el, no tuvo más opción que irse a los únicos pupitres vacíos en el fondo del no tan inmenso salón, no era fan de estar tan atrás ya que así no vería los apuntes del pizarrón además en el fondo solían sentarse los chicos y chicas "populares", era gente que intimidaba a Joaquín con solo tenerlos cerca, optó por dejar su incomodidad de lado e intentar centrarse en la clase, la cual no tardaría mucho en empezar.

De un momento a otro el silencio del aula fue interrumpido por las voces de un grupo de alumnos que se adentro en el salón, porristas, jugadores de fútbol o personas que simplemente destacaban por su belleza y su dinero, todo aquel ruido se hacía más intenso a los oidos del castaño, el grupito o "bolita" de amigos llegó a sus respectivos lugares, escuchaba las voces chillonas de las porristas hablando de probablemente algún ligue y las voces de los jugadores simplemente gritando cosas sin sentido, volteó una fracción de segundo para analizar lo que sucedía a su alrededor pero unos ojos cafés lo tomaron por sorpresa causando que un pequeño escalofrío recorriera el cuerpo de Joaquín, este los observó, era de un café realmente intenso, junto con unas cejas firmes y definidas que se perdían entre una mata de rizos, los cuales se veían suaves o al menos así los vio el.

Definitivamente lo estuvo mirando mucho, demasiado para ser totalmente sinceros, pero era imposible apartar su mirada de aquel chico tan, a su parecer, perfecto, todo en el gritaba "mírame mírame" y el castaño no se iba a negar, justo cuando pensó que aquel lindo individuo no podía obtener más de su atención, sonrió, pero no cualquier sonrísa como las que estaba más que acostumbrado a ver, era una sonrisa especial, era coqueta, traviesa, dulce, era simplemente hermosa, y Joaquín nunca pensó enamorarse tan fácilmente, entró en pánico al sentir su cara caliente y dirigió rápidamente su mirada al frente apartando al rizado de sus pensamientos o por lo menos intentandolo.

-Emilio -Joaquín no pudo pedirle más a la vida, la voz del muchacho era fuerte pero algo aguda y sin duda lo mejor que escucho en toda la mañana, el rizado espero un momento a la respuesta del castaños pero al no recibir una, volvió a hablar- tu, cómo te llamas?

-Joaquín -le respondió nerviosamente y de una forma rápida, ante la fuerte mirada del rizado- me llamó Joaquín.

Lindo nombre -el castaño se sintió desfallecer en ese momento, iba a soltar algún comentario o un simple gracias pero aquel chico llamado Emilio, había regresado a entablar conversación con sus amigos dejándolo de lado-

El mal día que Joaquín había tenido sequedó atrás, al igual que todos sus pensamientos ajenos al lindo chico de rizos que vio en su salón, no era algo extraño el hecho de no haberlo visto o ubicado antes ya que no solía prestar atención a personas externas a el o a sus amistades y realmente se arrepentía de aquello, cómo pudo vivir todo ese tiempo sin ese sonrisa?.

Durante toda la semana y meses siguientes, la misma historia aburrida que se repetía en la vida de Joaquín había terminado con la llegada de Emilio a su vida, todas las mañanas lo veía recargado en su casillero recibiendolo con aquella sonrisa encantadora, solía buscarlo al finalizar las clases que no tenían en común, en la hora del receso o a la hora de la salida lo acompañaba a su casa, todo era tan maravilloso que el castaño podía jurar haber caído en algún otro planeta, demasiado bueno para ser real solía pensar.

En esos momentos se encontraba abrazando al rizado y se sentía seguro, siempre que se abrazaban se sentía de esa manera, también solía pensar en lo enamorado que estaba, había caído, estaba completamente enamorado de Emilio y sí se le volviese a preguntar si quería ser su chico, le volvería a decir que sí las veces necesarias.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2019 ⏰

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