(él), míralas.

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Ella dibujaba,

gritos y susurros,

corazones

[para que creyeran que tenía uno],

silencios

[como su rostro],

historias llenas de sonrisas

[para darse cuenta de que existían].

Ella brillaba,

como la luz 

de un tren

cuando llega

a la estación,

cuando ilumina el rostro

del hombre que abraza a la pequeña Mary,

acariciando su pecho;

del chico de ojos azules que sonríe a Lucy

con lágrimas en los ojos;

de Wendy abrazando a su madre,

que lanza un beso enorme al hombre del traje.

Pero esa luz

solo puede verse

en la oscuridad

[noches y túneles que caen].

Ella era una,

dulce y lunática,

asesina.

Ella era otra

de tus mentiras.

Ella era otra 

de tus chicas.

Como Mary,

como Lucy,

como Wendy.

Ella era una

y era todas.

Ella era una

y no era ninguna.

Y cuando ellas llegaban,

tus pequeñas princesas,

sabías que ella era la única

a la que verdad querías.

Vamos, míralas.

muérete, mariposa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora