6.Princesa consentida por un dia

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Un día me quede a dormir en la casa de Valeria, su casa es enorme, tiene una gigantesca entrada con una fuente en medio del hermoso jardín, el chofer de Valeria nos dejo en la puerta de la casa y entramos, nunca había ido a su casa, seguía asombrada de lo enorme que era, su habitación era del tamaño de todo mi apartamento, en su habitación estaba su cama, un pantalla gigantesca, un sofá y unos estantes con libros. Habían tres puertas en su habitación, una era la salida al pasillo, otra era su baño y la otra su closet, su closet era del tamaño de mi habitación o tal vez un poco mas grande. Nos quedamos allí toda la noche, un mayordomo llego a dejarnos la comida y bebidas que Valeria había pedido. Pasamos toda la noche comiendo y hablando sobre la cita de Valeria con Mike, no me importaba en realidad, pero que mas da, al parecer se llevaron muy bien y saldrán otra vez. Espere a que ella se durmiera para leer mi carta, no era para que ella no la viera, pero sinceramente no me gustaba compartir el escrito.
En la mañana, por mas que luche con Valeria, perdí, y cedí a que ella me hiciera lo que ella llama "un cambio de look", plancho mi rizado y descontrolado cabello, me maquillo y me hizo ponerme su ropa, me puse una falda skater lisa hasta la rodilla color blanca, una blusa rosa con las faldas dentro de la falda y un blazer blanco con un prendedor rosa y unos tacones, no tan altos, color rosa y metió mis libros en una de sus bolsas, la cual era a cuadros blanca con rosa.
"Que tal? "-pregunto Valeria mientras veía mi reflejo en el espejo.
"Siento que me vomito un monstruo rosa"- vacilé, pues así me sentía.
"Tonta"- dijo riéndose y golpeando mi hombro
"No podré caminar con esto"- dije señalando los tacones.
"Claro que si podrás, son tacón cuña numero 5, hasta una niña caminaría con esos"- dijo riendo.
"No te entendí nada, pero digamos que te creo"- reí
"Como te sientes? "- preguntó por ultima vez
"Incomoda"- dije y en realidad así me sentía.
"Esperaba que respondieras bella o algo parecido pero incomoda también funciona"- dijo Valeria mientras reía.
"Ja-ja-" dije seria mientras observaba mi reflejo. 'Aunque la mona se vista de seda, mona de queda' recordé el comentario de una niña a la cual yo no le agradaba en la escuela, una vez que vino mi tía a visitarnos y me dio una blusa y un par de pendientes.
"Andando, se nos va a hacer tarde¡- dijo saliendo de la habitación.
El chofer nos recogió en la puerta y nos llevo a la universidad, no me podía bajar con esa ropa, jamás, no es mi estilo.
Cuando me baje y cruce el campus sentí que todos me miraban, entre al pasillo y luego al salón y no era idea mía, todos me miraban, ¿porque todos me estaban mirando? No me importa lo que piensen, pero odio ser el centro de atención. Valeria caminaba triunfante a mi lado como si estuviera luciendo su creación. Me llegue a sentar en el mismo asiento de siempre y ahí estaba la carta, mi carta, escrita por quien quiera que sea "H", el cual estoy segura, me estaba observando en ese momento, todos lo hacían por eso lo se.
Al salir de clases caminaba con Valeria cuando se nos acercaron Mike y Harry, Harry no me quitaba la mirada de encima, lo que me era un poco, un poco no, me era muy incomodo.
"Vale! Que tal si vamos a almorzar?" -dijo Mike sonriendo
"Claro!" -dijo Vale sonriendo
"Bueno vale, te veo luego"- dije incómodamente mientras Harry todavía me observaba.
"No!"- dijo Harry- "vamos con ellos! Digo... si quieres claro!"- dijo un poco, ¿nervioso?
"Ehhh..."-balbucee incómodamente
"Le encantará"-respondió Valeria
"Claro, vamos!"-dije con la sonrisa mas fingida que pude en mi rostro.
El almuerzo no estuvo tan mal, fue un poco incomodo al principio pero Harry y Mike no son unos idiotas como parecen o al menos eso creo, en realidad da igual, no me importa. No quería ir a almorzar porque estaba deseando llegar a casa de Vale a quitarme esos malditos zapatos y ponerme mis converse. Y esa ropa que nunca mas me pondría, no tanto por el odio que le tengo, si no porque es ropa cara, demasiado cara para lo que yo puedo comprar. El bolso que anduve hoy tengo que admitir que me gusto, era un Gucci que cuesta aproximadamente lo que mi padre gana en toda su vida multiplicado por diez, o al menos eso creo. Hoy fue un día extraño, pero menos insoportable de lo que creí que seria. Ya se estaba haciendo tarde mientras conversaba con Vale y me trataba de convencer de que Harry gusta de mi, así que me fui para mi apartamento.
Cuando llegue volví a mi realidad, a mi triste, cruel y miserable realidad. Fue lindo jugar a la princesa consentida por un día, pero esa es la realidad de Valeria, no la mía. No me quejo, pero esa ropa no es mi estilo, anduve incomoda todo el día y sentía que me caería de esos zapatos en cualquier momento.
Decidí leer mi carta justo antes de dormir, aunque el amor no existe, sentirse querido no era tan malo como yo pensé. Puedo leer lo que escribe pero eso no me enamorará, por eso lo leo.

The Secret of "H"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora