Su mirada no parecía ir a ningún lado en particular, solo observaba como los demás niños del orfanato jugando como siempre, emma, con su energía sacada de algún sitio, jugaba a las atrapadas con los mas pequeños, el azabache se limito a sonreír al ver a su hermana correr como si aun tuviera 5 años, la ligera brisa golpeo su rostro moviendo su cabello de manera ligera, cerro los ojos y soltó un suspiro recargándose aun mas en el árbol mientras sus pensamientos deambulaban en mar de emociones de todo tipo, en determinado momento pudo sentir una respiración cercana, casi pegada a su cuello, entre abrió los ojos solo para moverse unos 5 centímetros de golpe algo sorprendido, sus mejillas tomaron un ligero color carmesí mientras sus ojos miraban fijamente los orbes de cristal teñidos con bellas y delicadas pigmentaciones turquesa.
-¡Me asustaste idiota! -dijo con algo de enfado mientras recobraba su postura original, el abino se limito a sonreír antes de hablar.
-Es raro que no estés aquí leyendo y solo observes -dijo con esa delicada voz dulce y calmada que erizaba su piel, el azabache se planteo delante del albino.
-Solo... me apetecía soltar los libros un rato -apenas termino la frase se volvió hacia atrás y regreso al lado del abino mientras recargaba parte de su espalda en su hombro.
Ambos no dijeron nada en un rato, solo se mantuvieron cerca, disfrutando de forma indirecta la compañía mutua que se hacían mientras miraban como sus hermanos jugaban de manera enérgica. Sus corazones se derretían con el calor del cuerpo del otro, y sus mejillas eran de un color carmín, pintadas en un lienzo blanco como si fuera una acuarela tan húmeda que casi pierde toda su pigmentación, esa cercanía era lo que los hacia desear nunca separase, ese calor y ese palpitar era la razón por la cual eran tan buenos amigos.
-¡Hey! ¡Norman! ¡Ray! -ambos regresaron a la realidad al escuchar la voz de su hermana delante de ellos y ver su cálida sonrisa ahí mismo- ¿no jugaran hoy? ¿acaso se sienten mal? -interrogo la pelinaranja mientras se arrodillaba delante.
-No es eso emma -dijo el albino negando con la cabeza mientras sonreía -solo decidí hacerle compañía a ray, dijo que hoy prefería estar aquí sentado mirando -dijo de manera dulce, emma sonrió mientras se ponía de pie.
-¡Esta bien! -dijo la chica antes de darse media vuelta y mirar nuevamente a sus hermanos- pero si se sienten mal mejor entren a casa -dijo antes de regresar a jugar con los pequeños.
El albino sonrió de manera dulce mientras le lanzaba una mirada a ray, el azabache solamente le miro de regreso dedicándole una sonrisa sincera, de esas que solo norman veía, aquellas sonrisas que llenaban de alegría automática el día del albino, el azabache recargo su rostro en el hombro del albino mientras abrazaba su brazo derecho.
La tarde pareció pasar rápido de esa manera tan cómoda y relajada, con esa calidez que mantenía dudas en la cabeza del azabache, dudas que lo llenaban de temores, que lo hacían pensar aun mas sobre lo miserable que era el supuesto mundo de felicidad donde vivía, aveces se quería convencer que esa felicidad era real, pero siempre perdía toda esperanza.
-¿En que piensas, ray? -la dulce y melodiosa voz del albino sobresalto un poco al azabache, quien se giro para verle a los ojos en los cuales pudo verse reflejado.
-N-na... -paso saliva mientras veía como el muchacho se iba acercando a su cama, posicionándose a su lado mientras su mano izquierda acariciaba su mejilla con suavidad- no es nada norman, al menos nada de lo que debas preocuparte -hablo de manera calmada mientras trataba de ocultar los nervios que sentía al tener de esa manera al albino, el albino sonrió de manera dulce mientras acariciaba la mejilla de azabache.
-¿Entonces porque estas nervioso ray? -dijo serenamente mientras se acercaba mas, al punto de tener la frente pegada con la del azabache, ray tenia el corazón al mil por hora mientras norman lo mantenía cada vez mas cerca.
-N-no es por nada -paso nuevamente saliva mientras su respiración se empezaba a cortar levemente- ademas ¿que te importa? -dijo regresando a su modo tsundere y desviando su mirada de aquellos hermosos orbes brillantes y azules, norman solamente sonrió separándose un poco mientras tomaba la mano izquierda de ray.
-Me importa porque se trata de ti, eres mi familia, ray -claro, había olvidado que aquel albino solo le miraba de esa manera, solo era su hermano.
La conversación fue dejada de lado mientras los días pasaban, norman no indago mas y ray solo se reservaba para si mismo aquellos pensamientos y se concentro en disfrutar los momentos "felices" mientras estuviera ahí su principal motivo para sonreír. Cuando ray menos se dio cuenta, ya era 12 de octubre, lo que significaba que si quería salvarlos debía hacerlos abrir ya los ojos.
-No se preocupen, les escribiré todos los días y si hasta puedo vendré a visitarlos -dijo la pequeña conny quien estaba delante de la puerta despidiéndose de todos sus hermanos, quienes, aunque estaban felices porque la habían adoptados, les dolía tener que despedirse de ella.
-Conny.... -el moreno de 10 años retuvo las lagrimas durante unos segundos antes de romper en llanto, no quería que su pequeña hermanita se fuera, la rubia le miro también con tristeza y también soltó unas lagrimas mientras su tierna sonrisa se desvanecía.
-¡No me quiero ir! -exclamo antes que mama le tomara la mano para llevarla con su "familia adoptiva", mientras tanto, ray ejecutaba la primera fase de su plan, el plan que salvaría al menos a su mejor amiga y aquel chico que sacudía totalmente su mundo.
La chica de cabellos cual rayos de atardecer estaba recogiendo algunas cosas de la mesa del comedor cuando noto algo, aquel peluche de conejo que conny siempre cargaba se le había olvidado en el orfanato.
-¡ehhh! ¡little bunny! -exclamo emma mientras norman entraba también al comedor seguido de ray.
-¿en serio se le ha olvidado? -pregunto mas para si mismo mientras emma lo tomaba y le dirigía una mirada algo preocupada
-¡Hay que dárselo antes de que se valla! -dijo la pelinaranja mientras ray la miraba inexpresivo.
-Aun están a tiempo -dijo el azabache dirigiendo su mirada a norman- con suerte aun no se habrán ido.
Emma asintió y corrió una carrera hacia el portón para devolverle su peluche a conny, mientras ray solo se sentó en el comedor con la mirada en ningún lado.
- lo siento pero -susurro para el mismo- deben ver la verdad... aunque duela.
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Aoimoku no shōnen||Noray- the promised neverland
FanfictionSus manos pálidas pasaban suavemente por su cabellera negra mientras sus hermosos ojos de color reflejante zafiro se mantenían posados en sus orbes obscuros cual carbón. Tal vez solo sean 2 niños de 11 años, pero aun así, aquel amor era intenso desd...