El Nombre De Mis Sueños

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Soñé con un nombre, Victor Waldort.

Me desperté con curiosidad, nunca había tenido un sueño así. No conozco a nadie con ese nombre, ¿Quién será el? Bueno, solo sé que es atractivo y que en el sueño sonreía con una sonrisa preciosa. Ojalá el sueño tenga una secuela.

¡Tengo que apurarme! Es mi primer día de trabajo, tengo que dar una buena impresión. - Pensé. ¡Que nervios! No me gustan las entrevistas de trabajo.

Bueno eso es todo, gracias Vanessa, en un par de días te llamaremos de ser seleccionada para el puesto.
¡Gracias, buen día! – Dije mientras pensaba "te llamaremos..." no, no otra vez. Sé que no tengo mucha experiencia pero todos pasamos por una primera vez. Solo basta que alguien nos dé la oportunidad. Vamos, fe.

3 días después...

Me despierto y siento decepción de no haber encontrado entre sueños más pistas al sueño de hace unos días. Nada. No funciona así. Pero no me quejo, tener un poco de intriga y misterio en la vida, es interesante.

¿Me lo habré inventado, pero como para qué? Nadie se fija en el nombre de nadie. O sea, no es un requisito o expectativa a la hora de describir al hombre de tus sueños. Ja, literal. El hombre de mis sueños, cuya personalidad desconozco pero me la imagino como la sueño. Bueno, me sonreía, eso una buena señal. Y ya para de pensar estas cosas Vanessa, que tienes que trabajar.

Si, esta vez sí fue cierto el "te llamaremos". Comienzo trabajo en una editorial reconocida. ¡Qué emoción! Pensé bien que ponerme, ya saben algo elegante, conservador, que demuestre profesionalismo, pero cómoda a la vez porque la comodidad para mi vale mucho, así que unos tenis en buen estado, una falda no muy corta, un blazer, collar y camisa. ¡Vamos!

Hola, soy Vanessa, la nueva secretaria, es mi primer día de trabajo. – Digo sonriente y orgullosa de haber conseguido mi primer trabajo.
¡Señorita Zabala! Pase por aquí. - Grita un señor que puede que sea mi jefe. ¡Bienvenida a la Editorial Walvilla!

¡Yay, me siento importante! – Pienso y digo:

Gracias, es un placer estar aquí.
Bien, me alegro, quiero siempre ese entusiasmo y esa sonrisa, ¿de acuerdo? Aquí nos gusta tener un ambiente así, alegre, con buena energía. Sé que es tu primer trabajo pero no pasa nada, no hay mucha ciencia, cualquier duda me puedes preguntar a mí, soy uno de los traductores por cierto y me he propuesto a guiarte – Dijo con una sonrisa amigable, Daniel.
Y por si la placa del escritorio no me ha delatado, soy Daniel. Mucho gusto.
Mucho gusto, Daniel. Si, la placa ya te había delatado. – Dije simpáticamente.
Va, bueno. Qué bien que hayas llegado por que como veras siempre estamos full de cosas por hacer, y recién la secretaria que estaba en tu actual puesto renunció, así que deberás retomar lo que ella hacía. Básicamente tendrás mucho que hacer con la computadora, mecanografía, copias y recados. Ah, y te comunicaras constantemente con las otras sedes, ya luego te pongo al tanto.

Mi primer día, ¡vaya! – Y aquí estoy de nuevo hablándome a mí misma en mi mente.

Suelo reflexionar mucho las cosas y creo que me hago mi propio diario, algo así como la conclusión de mis días. Si. Hasta me pienso esto, ¿por qué lo digo?, nadie me está escuchando aquí dentro. Creo que voy a escribir un diario y así saco un poco tantas conversaciones mentales, aunque no me molesta, la verdad me gusta escribir, se siente liberador.

¡Vanessa! – Interrumpe mi madre. ¿Y? ¿Qué tal? ¿Cómo te fue?
Mami, bien bien, gracias a Dios, fue un día agitado sí, todos estaban haciendo un montón de cosas a la vez, pero me toco suave, creo que es por qué me estaban explicando todo, pero ya después viene lo fuerte, pero me gusta porque a pesar de todo la gente se mantiene de buen humor, y se siente agradable estar ahí. ¡Estoy feliz y asustada! – Dijo con una sonrisa tímida.
Tranquila hija, tu eres brillante. Siempre sonríe, escucha con atención, y da lo mejor de ti. No tienes nada que temer. Me alegro que estés feliz, ahora que ya sé cómo te fue, ve a comer que te calenté la comida, yo saldré con tu padre.
Mamá, gracias.
A la orden mi niña.