1

163 4 4
                                    

Faltan tres días para que Stanley conozca a Lauren, su amiga, él me enseñó unas cuantas fotos de ella para que al menos conociera su rostro. Es muy linda, no termino de comprender porqué no querría estar con ella.

Él aún no le dice que iré yo.

No sé cómo será la reacción de Lauren al ver que hay una desconocida haciendo mal tercio con ella y Stanley, pero espero que al menos sea amable, incluso si se molesta por mi inesperada aparición.

-Camila- habló Stanley para sacarme de mis pensamientos, él notó que estaba distraída.

-¿Qué sucede?- respondí por lo bajo.

-No sé, yo... te vi mirando a un punto fijo, temí que algo malo te estuviera pasando de nuevo.

Creo que dejé un severo miedo en Stanley, ya que el año pasado comencé a generar ansiedad. Solía mirar a un punto fijo hasta que lloraba fuertemente, y por desgracia Stanley casi siempre presenciaba aquello. Pero esa es otra historia muy distinta.

El timbre sonó antes de que pudiera decirle algo, indicando que era hora de salir a receso. Son sólo cuarenta minutos, pero necesitaba comer algo.

-Lauren ha estado mandándome mensajes todo el día- dijo mientras me mostraba su celular.

Me sentí un poco mal por la chica, ya que Stanley no le contestaba casi nada, mientras que ella le contaba mil y un cosas.

-Quizás gusta de ti- dije tratando de molestarlo e hice cara pícara, a lo que él frunció el ceño e hizo cara de miedo.

-No creo gustarle, no quiero- dijo manteniendo la misma expresión- es decir, es linda y todo, pero no creo que encajemos de esa manera, ¿sabes?

Asentí. Stanley relajó su rostro por fin.

-Sería un poco extraño que de verdad guste de mí. Realmente quiero sólo su amistad.

-Bueno, a lo mejor se enamoran en un par de meses- dije.

Él volvió a poner su cara asustada.

-Tranquilo, estaba jugando solamente- sonreí. Me devolvió la sonrisa.

Me gusta estar con él, a pesar de que soy una persona introvertida, él ha sabido cómo acercarse a mí y los silencios que se generan entre nosotros nunca me han dado incomodidad. Es genial tenerlo en mi vida.

Ni siquiera la diferencia de edades han sido un impedimento para que nuestra amistad creciera y se fortaleciera tanto como lo ha estado haciendo. Stanley es el mejor amigo que pude haber llegado a tener.

find u again - camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora