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Tarde o temprano tenía que entrar a la despedida de soltero de Jimin aunque no quisiera. Lo único bueno de esta noche sería verlo beber para después, como un ritual, cuidarlo desde la distancia, oír su risa deprimente, servirle de consuelo, y, lógicamente asegurarme de que nadie lo tocará. ---nadie más que yo--- pense, una tontería. En ese instante mi imaginación recorrió todas las escenas eróticas en las que Tae y Jimin serían protagonistas, las manos gigantes de su futuro esposo el día de su boda, denigrando su cuerpo con gemidos mezclados en un ambiente que solo destilaba sexo, sin ninguna forma de amor verdadero, amor que yo le deseaba dar al pequeño.

Por mi parte, no habría mayor problema de ser y hacer todo lo que chimchim quisiera, debido a una obsesión con hacerlo feliz. Una y otra vez, en mi mente, se hallaba su sonrisa, esa misma que me enamoró perdidamente, no tenía mayor idea de cuánto llevaba cegado por un amor imposible, cuando me di cuenta ya daba mi vida por estar junto a él, mientras Jimin, se iba a casar con mi mejor amigo.

Jimin solía lamentarse con alcohol, culpandose a si mismo el desinterés de su prometido. Varias noches estuve siendo su cuidador personal en las noches que la ausencia de Tae lo atormentaba.

Una de tantas, Jimin se aferró a mis brazos como si su vida de eso dependiera, por mi parte la idea de que su vida estuviera en riesgo me carcomía, verlo llorar con tanta intensidad me rompía en mil, al mismo tiempo alimentaba el rencor y la envidia hacia Tae. Los sollozos no paraban en las cuatro paredes, me estaba acostumbrando a escuchar su voz rota y oler suavemente el alcohol.

-No le digas a nadie... Porfavor... Escondem...-
Nunca supe si jimin se refería a mis sentimientos por el en ese momento, estaba enviciado en sus pensamientos, había creado un mundo distinto en el que perdía el conocimiento, el licor era el transporte para llegar hasta el.
Si ese fuera el caso:
¿Como podía pedirme que escondiera todo lo que sentía por el?

El silencio se adueñó de la habitación.

¿El sabía lo que sentía?

****

Era injusto vivir con el secreto de lo que me había echo hacer mientras se desahogaba por la falta de interés de la boda por parte de Tae, era una relación que a mis ojos Tae lastimaba cada vez más a jimin.

Mientras jimin solo quería un hombro donde llorar y un pene dentro de el mientras bebia, yo tenía que aguantar ser el que complaciera todos sus deseos de despechado.

Tae no tenía la culpa de haberse enamorado por completo de las relaciones abiertas antes de conocer a Jimin. Aunque el debería saber lo sensible que llegaría a ser un personaje como lo era el ingualable park, Quien lo viera diría que es reservado pero con un gran corazón, y era esactamente eso, confiaba, confiaba demasiado.

Tae, el castaño, por lo contrario no estaba interesado en el amor verdadero, ni las historias de cuentos de hadas.
Jimin se convirtió en un pasatiempo que llego tan lejos como para casarse.

En un principio Tae bromeaba con la boda, pero Jimin estaba muy ilusionado.

Ambos estaban juntos desde hace menos de cuatro meses por un accidente en el que el pequeño park quería jugar y Tae lo convenció para darle un beso, aquel roze de sus labios había encantado al chico de sonrisa inocente.

¿Porque debía ser el?

Nunca pensé en que jimin me gustara hasta que me enoje profundamente por la repentina relación que ellos dos llevaban.

¿Quien diría que yo, jungkook... Me enamoraría?

Era tarde para darme cuenta. El chico que me gustaba estaba siendo maltratado en un relación tóxica, y yo me quedaría de brazos cruzados puesto que era un cobarde sin remedio.

Dejando de lado las muchas noches que me lamente por no ser yo quien besara esos labios pude entender que lo había perdido y por más que quisiera que fuera mío,  Jimin amaba a su futuro esposo.

Al comienzo pensé en todas las veces que Tae follaria esa pequeña boca ensuciandola con su semen de la forma más lujuriosa que pudiera inventarse. Me asqueaba la idea. La idea que fuera Tae quien lo hiciera y no yo era la que me molestaba en lo más profundo de mis entrañas.

Noche a noche jimin parecía quedarse más tiempo solo debido a las constantes salidas que Tae tenía para encontrarse con "amigos de la infancia" o un "tráfico horrible" todos estos eventos duraban todas las noches siempre con una excusa tonta de por medio.

Aún así Jimin lo amaba.

Los pensamientos volvían a mi mente mientras caminaba hacia su casa sin ganas de volver a ver a Tae despedirse con un beso de dobles intenciones en los labios del pequeño.

Esperaba que aquel chico de voz gruesa y alto ya se hubiera ido con sus "amigos" a su fiesta de soltero. Faltaba muy poco para su boda, y podría usarla como excusa para no ver por noches seguidas a Jimin usando la misma excusa de "preparativos para la boda".

Yo no era el exagerado, era el único que parecía molestarle lo horrenda que era la situación.

∞•MI PASIVA•∞ JIKOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora