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La ropa de Mark siempre desaparecía de su armario. Sobre todo los polerones y los polos oversized que tenía y sabia muy bien quien era la persona que desaparecía su ropa.

Lee Donghyuck.

Habían sido amigos desde que ambos eran unos niños, se conocieron en la escuela y sus madres congeniaron totalmente lo que los hizo más cercanos a ellos también.

La madre del menor iba de viaje seguido por lo que dejaba a su hijo en la casa de Mark durante el fin de semana mayormente o el tiempo que ella esté fuera. En esos días que pasaban juntos se acostaban tarde debido a que jugaban a ser cantantes y al día siguiente no querían despertar.

Mark recuerda la primera vez que Donghyuck le pidió prestada su ropa. Tenían aproximadamente catorce o quince años. Era un día de lluvia y la madre del menor no se encontraba en casa y le había pedido a su amiga que deje quedarse en su casa a Donghyuck, por lo que ambos llegaron empapados a la casa. Ya que la casa de Donghyuck estaba con llave, no había forma en la que él pudiera entrar para sacar una muda de ropa. Una vez que se dieron una ducha con agua caliente, ambos se vistieron y Mark se vio obligado a prestarle ropa a su amigo a pesar de que él realmente no era el tipo de persona que le gustaba que otros agarren sus cosas.

El niño de cabello castaño ondulado vestía un polo de manga larga que le quedaba notablemente grande y unos pantalones de los que tuvo que doblar la parte de abajo para no arrastrarla en el suelo. Donghyuck realmente tierno con su cabello esponjado y desordenado junto con sus mejillas infladas y su mirada inocente. Era la ternura personificada y Mark y su madre no podían estar más de acuerdo. La mujer le tomó cuantas fotos pudo mientras el pequeño solo sonreía tímido hasta que ganó confianza y empezó a posar exageradamente y actuar tierno que hacía que Mark hiciera muecas de disgusto mientras se reía de su amigo.

Días después mientras salían del colegio Mark recordó la ropa que le había prestado a Donghyuck y no había recibido.

─Donghyuck ¿cuándo me devolverás mi ropa? ─preguntó mientras caminaban agarraditos de la mano. El menor solo lo ignoró.

─¿Donghyuck? ─lo llamó. No le hizo caso. Jaló de su brazo hasta dejarlo al frente suyo.

─Nunca ─. Solo eso recibió como respuesta y no sería fácil hacerlo cambiar de opinión.

‪─¿Por qué? ─preguntó confundido y retomaron su caminata hacia sus casas. El menor se quedó en silencio y su semblante se tornó triste y luego cambió a una sonrisa que hizo que el corazón de Mark se detuviera por unos segundos.

─Para que te acuerdes de mí ─. Recibió una mirada de confusión de parte de su amigo. ─Es decir, si no te devuelvo tu ropa, tú me la pedirás ¿no? osea que te acordarás que yo la tengo; sin embargo, si te devuelvo tu ropa, no tendrás la necesidad de pensar en mí y me olvidarás ─respondió mientras su voz se hacía cada vez más pequeña hasta convertirse en un susurro casi inaudible.

Mark no pudo evitar mirarlo con ternura y abrazarlo fuerte, el menor solo se quedó quieto sorprendido por el repentino acto y luego rodeó la cintura de Mark con sus brazos escondiendo su cabeza en su cuello llenándose de ese perfume que el mayor siempre usaba.

Ah cierto, ese perfume que su novia le había regalado.

A el mayor no le daba pena estar así de cariñoso con el menor o de agarrarlo de la mano o dejarle besitos en la frente como despedida, el pasar tanto tiempo con Donghyuck lo había vuelto así de meloso (aunque Donghyuck era peor) . Además, quien podría aguantarse a la ternura del menor quien parecía un osito con su cabellito todo despeinado y su sonrisa dulce, sus manitos pequeñas. Mark podía jurar que cada día quería más al menor.

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2022 ⏰

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