Amor

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Capítulo segundo
Amor


“El amor no necesita ser perfecto, sólo necesita ser verdadero”.

MARILYN MONROE



No tardo mucho en aparecer a la vista la residencia de la casa de Luffy. Por ende, Sanji bajó deprisa de la bicicleta con cuidado y echó a andar directo al enorme portón que dividía su vivienda de la calle. Ese lugar estaba ubicado muy cerca de la escuela. El sitio al que frecuentaba la mayor parte de los fines de semana o en los días que estaba libre de su trabajo en el restaurante.

Por el contrario, el colegial siguió a su compañero para abrirle de una buena vez la puerta.

Cuando entraron a la primera habitación, ambos chicos dejaron sus cosas sobre los cojines del sofá de la sala. Después descansaron a lo mucho unos minutos mientras tomaban un soda helada; ya que hacía mucho calor. Al haber terminado de relajarse un poco, Luffy pidió a Sanji que lo acompañara a su recámara.

Subieron las escaleras de dos en dos y atravesaron la pieza del moreno entre risas y besos. En cuanto cerraron la puerta del cuarto que permanecía en silencio; a excepción del ruido que provocaban las ramas de un árbol contra su ventana por el viento, el chico pelinegro se recostó con su novio encima de su cama.

Afuera el cielo era muy bello, y los rayos largos del sol iluminaba las cortinas blancas.

—Hey, Sanji, tengamos sexo. —la propuesta de su pareja ocasionó que las mejillas se le encendieran de rosa. Apartó a Luffy muy lejos y se dio la vuelta.

—No, ahora no quiero.

—¡Ah! ¿Por qué? ¿Acaso ayer fui muy brusco?

Se incorporó un poco para sacarse el gabán y lo arrojó en el suelo. Luego volvió a tumbarse con los brazos bajo su nuca.

—Querrás decir bruto. Nunca te controlas.

—Claro que lo hago, bueno, yo digo ¿Que no? —le dijo, incrédulo, subiendo lentamente encima de él. Beso su cuello con total atención y acarició su rostro que brillaba por la luz que penetraba los cristales.

—En este momento no, Luffy. No me siento muy bien.

Buscó consuelo entre las almohadas cálidas que lo protegían de los roces de Luffy. Lo miró por un tiempo detrás de los hilos dorados de su cabello hasta que el chico regreso a su sitio del inicio. Se quitó su sombrero de paja y contempló el techo.

—¿Es por Zoro? —admitió. La voz la tenía quebrada —No lo has visto, por eso te sientes así ¿verdad?

Giro su cuerpo al lado apuesto en el que se encontraba y observo a Luffy con ternura.

—¿No me digas que estás celoso del marimo?

—No puedo evitarlo al pensar que estuviste con él.

Si bien la relación que había tenido con el peliverde fue una de las más inesperadas, admitía que estuvo entre las que más había disfrutado en toda su vida.

Le encantaba las noches en que él iba a verlo al restaurante de su abuelo y se comían a besos en el callejón que estaba muy cerca de ahí. Le fascinaba su cuerpo desnudo que le mostraba cuando lo penetraba salvajemente sobre su cama. Descubrimiento que hizo la primera vez que se habían entregado además de simples caricias. Sin embargo, los dos tenían metas diferentes. Querían cosas diferentes, es por eso por lo que abandonaron su amor que alguna vez los había hecho feliz. Aunque todavía hablaban de vez en cuando y se veían a veces en casa al tener una gran cercanía por parte de sus padres.

—Y eso ¿qué tiene? —comenzó a decir Sanji al darse cuenta que no podía parar —Ahora tu...

—¿Yo qué?

—Malvado.

Sus dedos pálidos arrullaron los mechones oscuros de Luffy y lo abrazaron con tanta fuerza; como si con eso intentara protegerlo de la tempestad de su imaginación y sus recuerdos.

—Ahora yo estoy contigo. Lo demás no me interesa.

De momento, Sanji lo beso con pasión. Acto que comenzó siendo totalmente placentero para ambos. Se dejó hacer debajo de Luffy y, con sus brazos extendidos, atrajo más el cuerpo del moreno para que se rozara con el suyo. Abrió sus piernas y le rodeó las caderas.

—Me gusta más mi capitán. —suspiro, ansioso. —Me fascina.

Al compás de las caricias de su amado que le recordaban lo mucho que le encantaba hacerle el amor, rememoró poco a poco en como se había enamorado de Luffy.

Lo había conocido un año después de haber terminado su relación con Zoro. Y se habían visto por primera vez una tarde de octubre cuando iban de compras al centro comercial.

Él parecía un chiquillo distraido, aunque en realidad no le quitaba la mirada de encima cada vez que se encontraban. Acción que se la devolvía con una mirada pícara. Cosa que desde ahí le llamó mucho la atención. Tanta que lo llevó a hacer todo lo posible por conocerlo y robarle un beso húmedo en un baño público. Mas tuvo que pensarlo mejor al descubrir que se trataba de uno de los nuevos amigos de Zoro.

—A mi también me gusta mucho Sanji. —beso otra vez sus labios que se divertían con jadeos y palabras sucias.

El amigo que se la pasaba la mayor parte del tiempo con él. Y eso lo lleno de dudas, pero se detuvieron cuando habló con el peliverde para saber que es lo que había pasado.

—Yo sólo quiero ser el mejor. Y no puedo serlo si tengo una maldita debilidad.

—Y esa soy yo —reconoció el rubio mientras observaba a Zoro marcharse.

—La única.

Volvió a regocijarse de placer al sentir la lengua de Luffy recorrer su cuello. Todo se sentía tan bien. Lo sabía. Y no sólo en ese aspecto, también dentro de su corazón. Porque Luffy lo había amado contra viento y marea. Lo había amado y lo amaba sobre todas las cosas. Incluso aquellas que parecían lejanas e inalcanzables.

A lo que lo llevó a preguntarse si era amor.

—Hey, lo encontré.

Si, eso era.


Continuará...


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Nos vemos en el capítulo final

Susuyajuzo

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MY PRETTY BOY (LuSan) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora