Dicen que uno siempre regresa a donde fue feliz y eso es muy cierto (al menos en mi caso).
El día de ayer me di una escapada express a mi sitio favorito en la ciudad, salí con una amiga que hacía mucho no veía (de hecho es la misma de quien hablo en Comfortably Numb), tomamos un café, platicamos, caminamos bastante y nos reímos un poco más, bailamos salsa con un grupo de personas que, al igual, que nosotras, solo disfrutaban lo mejor que la noche de fin de semana puede dar. Anduvimos por los puestos callejeros de artesanías y terminamos escuchando a dos hombres tocar jazz callejero y riendo entre cada canción. Yo sentí que, por un momento, la vida no podía ser mejor, todo era tan sencillo pero me había recluido tanto tiempo en casa que salir a disfrutar la vibra de las personas, más que abrumarme, me contagió de buen animo.
Cuando mi amiga se tuvo que marchar, me quedé un momento sentada, escuchando y viendo.
Hablé con un individuo de películas y me dijo que le gustaba David Lynch, intercambiamos números y no pasó nada más, porque hoy siento que quiero que el día pasado quede como una buena memoria estática.
Una casualidad curiosa que acabo de recordar: justo antes de verme con mi amiga, también me encontré con otro amigo (creo que de él no he hablado como tal por aquí) haciendo urban sketching y dándose un respiro de las obligaciones de la semana al igual que yo. Lo que más me hizo sonreír de aquel encuentro es que es quizá la tercera o cuarta vez que me lo encuentro sin planearlo.
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Texto de aprox. hace un mes, pero que olvidé publicar.
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yo (YO)
RandomPensar es mi acción favorita y me gusta la época en la que me tocó vivir.