ANEXO 1: "Tú, mi Serendipia, mi Esperanza"

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SECUNDARIA BANGTAN

ANEXO UNO

"Tú, mi Serendipia, mi Esperanza"

(Capítulo 11: "Alguien especial")

-Minutos antes del inicio de la Gran Broma-

Park Jimin siempre había sido un niño solitario. Sus padres eran profesionales que trabajaban casi a tiempo completo porque consideraban que de esa forma otorgaban una gran contribución a su país. Por lo cual Jimin se había habituado a la soledad pero no terminaba de congeniar con ella.

Debido a los cambios en las ajustadas agendas de sus progenitores, no había podido hacer amigos porque su estadía en los colegios duraba poco tiempo. Afortunadamente, al llegar a la adolescencia la situación cambió a su favor ya que podía cuidarse por sí solo y no depender de alguien más para ello. De esa forma, Jimin consiguió permanecer en la secundaria Bangtan los últimos años de sus estudios, y hacerse muy amigo de Hoseok y los demás.

Ahora, a sólo unos minutos de poner en marcha el plan para la Gran Broma, Jimin era invadido por la curiosidad y una sensación de disconformidad. La presencia de Mimi lo alteraba al saber que había sido su compañero en una de las tantas escuelas primarias a las que había acudido. Pero lo que en realidad le afectaba, era el hecho de que la chica parecía recordarlo a él mucho más de lo que él mismo recordaba haber estado junto a ella.

Por su parte, Mimi se sentía deprimida después de escuchar las palabras de Jimin. Ella había hecho mal en comparar a Hoseok con el muchacho, pero no podía mentirle, así era como ella los veía a ambos: grandes bailarines a quienes admiraba, y también personas importantes en su vida.

Mimi era huérfana y había vivido con Hoseok durante un año en el mismo orfanato, siendo ambos muy pequeños. Hoseok había sido su primer amigo y su esperanza en aquellos días que había vivido cuestionándose sobre el futuro y su existencia. No importaba qué tan triste se sintiera, si Hoseok sonreía para ella, Mimi podía sonreír también y sentirse fuerte aun cuando su rostro estuviera bañado en lágrimas. Y la forma en la que ese niño bailaba sólo llenaba de entusiasmo su corazón. Por eso, cuando fue adoptada por su nueva familia, Mimi sintió que su mundo se volvía gris. Si bien debía estar feliz por su adopción, el hecho de no ver a Hoseok ni saber de él había opacado la dicha de la pequeña ante la mención de la noticia. Pero su amigo había sido fuerte y le había pedido cumplir junto a él una promesa: "Sé feliz y sonríe siempre, Mimi."

Mimi se había aferrado a esas palabras durante todos esos años en los que descubrió la felicidad junto a sus padres adoptivos quienes eran excelentes personas y le dieron todo el amor que ella nunca había conocido.

¿Pero cómo podía hacerle ver a Jimin que conocerlo a él fue lo que la inspiró a volver a dibujar? Porque ella amaba dibujar pero había dejado de hacerlo al no sentirse capaz de poder realizar buenos dibujos. Sin embargo, cuando conoció al niño y lo vio esforzarse una y otra vez en sus metas de baile, no sólo le trajo el recuerdo de su adorado Hoseok, sino que le hizo ver que si en verdad amaba hacer algo debía esforzarse por ello. Si tan sólo Jimin le creyera...

Mimi se puso de pie y caminó hasta el lavado para higienizar sus manos. Mica y Tae estaban haciendo guardia en una de las puertas del baño mientras hablaban entre ellos en susurros y reían cada tanto. Jimin sólo estaba de espaldas a ellos, observando su celular, aunque en realidad no prestaba atención a la pantalla en negro.

De pronto, como un destello, un recuerdo vino a su mente al escuchar el sonido del agua del lavamanos, acompañado de la imagen de una sonriente Mimi. Jimin se quedó inmóvil mientras veía cómo la chica higienizaba sus manos y el agua corría por la cañería.

"Secundaria BangTan"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora