Deseo Cumplido ( One-Shot Naruto)

Deseo Cumplido

Este fanfic participa en El Reto Literario y Artístico del grupo de Facebook Shhh... SasuNaru NaruSasu. 

Las palabras que me han tocado han sido: Ninfa, Cefalea y Ebullición, que serán resaltadas en negro en el escrito. 

No estoy muy contenta con el resultado, pero mi mente y cuerpo no dan a más con los turnos del hospital... Agradecer a mi querida amiga Sakura Zala que me ayudó un poco con la idea. 

Sin más, espero les guste. 

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Los pocos rayos del sol aún visibles terminaban de bañar de un tono anaranjado el cielo, haciéndolo caer en cuenta de que era hora de regresar a casa. Lanzó por última vez una tanda de cinco shuriken seguidos hacia las dianas que tenía colocadas y suspiró.

¿Regresar a casa? ¿Para qué? ¿Es que alguien lo estaba esperando? Por mucho que todo hubiera vuelto a la normalidad después de la guerra, y Naruto hubiera cumplido su propósito de traerlo de regreso a la aldea, seguía igual de solo, seguía sin poder volver a llamar hogar a su casa.

El sol terminó por ocultarse, dando paso a la oscuridad del bosque. La mejor opción era regresar a casa, aunque no quisiera hacerlo, mañana por la mañana volvería a salir temprano para entrenar, contra menos estuviera en la casa, mejor para él.

Saltando de rama en rama, a lo lejos una luz que destelleaba le llamó la atención. Parecía que se movía al compás de un baile majestuoso.

Entonces una pequeña historia le vino a la mente. Una que, cuando era pequeño, Itachi le contó, en la que una ninfa, hada del bosque, aparecía en el silencio de la noche para realizar una bella danza con sus alas, haciendo que brillaran con la luz de la luna.

Si te encontrabas con uno de esos seres mitológicos, si te acercabas sigilosamente y conseguías ver su hermosa danza sin que se asustara y esfumara, podías pedir un deseo al aire, y en la próxima luna nueva se te cumpliría.

¿Un deseo? Vaya estupidez. De deseos no se vive. Los deseos sólo son gusto, ansia o interés por algo o alguien, que ocurra o se cumpla. ¿Qué deseo podría pedir él? No había nada que un estúpido deseo pudiera concederle.

¿Qué su clan y sus padres estuvieran vivos de nuevo? ¿Volver a ver a Itachi y pedirle perdón y gracias por todo lo que hizo por él? ¿Sentir por última vez la calidez de su familia? ¿Dejar de sentirse solo desde que tenía ocho años?

Mejor dejaba de pensar tonterías, las ninfas no existían, ni los deseos eran así de simples de cumplir, regresar de una vez es lo que debía de hacer.

Volvió a soltar un sonoro suspiro, y se encaminó hacia dónde veía dicha luz. No es que tuviera curiosidad, no, sólo es que se encontraba en la misma dirección por dónde debía regresar del bosque.

A medida que se acercaba, podía también oír pequeños ruiditos, que ya lo estaban empezando a poner en alerta, por si se trataba de algún enemigo que hubiera atravesado las barreras de Konoha.

El fogonazo de luz le dejó por unos segundos cegado, haciéndole restregarse los ojos para recobrar bien la visión, activando el Sharingan y llevando su mano al puño de su espada, pensando que pudiera ser un posible ataque.

Los pequeños gemiditos los seguía oyendo, y por un momento pensó que de verdad se trataba de una ninfa. ¿Los seres mitológicos existían entonces? Pestañeó buscando dicho pequeño ser, pero lo que se encontró, lo terminó por descolocar.

—¿Se puede saber qué estás haciendo? —la cuestión asustó a la persona que tenía justo delante que, al estar tan ensimismada en su tarea, no se percató de quién llegó.