Mi respiración se corta,
acaban las miradas,
un atardecer frió llego a su fin,
mil gritos en el espacio mi mente es una sola voz a la cual escuchar,
de repente mil gotas cayendo,
pero yo estaba sufriendo,
mi sangre no fluía,
sino que se echaba a correr,
por que aquí ya no existe mi parecer.
me voy en instantes vuelvo en segundos,
el reloj sigue corriendo y aun tengo miedo,
otra lagrima derrame pero contigo no volveré.