En la parte más alta del reino de Camelot, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Rey Arturo.
Décadas después de los acontecimientos sucedidos en relación a los 7 pecados capitales, la guerra santa y el ataque de los 10 mandamientos. Britania por fin esta en tiempos paz.
Hadas, humanos, gigantes, descendientes de las diosas, caballeros sacros, hechiceros y demonios vivían en armonía.
Y en honor al heroísmo del joven rey, se construyo una estatua de tamaño real.
Pasaron varias generaciones desde hace entonces. Qué le ha pasado factura a la tan bella estatua.
Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes amatistas y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada.
Por todo lo cual era muy admirada.
-Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo que le tomaran por un hombre poco práctico.
Y realmente no lo era.
-¿Por qué no eres como el Rey Arturo? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Rey Arturo no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito.
-Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa.
-Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestidos con sus soberbias capas escarlatas y sus bonitas chaquetas blancas.
-¿En qué lo conocéis -replicaba el profesor de matemáticas- si no habéis visto uno nunca?
-¡Oh! Los hemos visto en sueños -respondieron los niños.
Y el profesor de matemáticas fruncía las cejas, adoptando un severo aspecto, porque no podía aprobar que unos niños se permitiesen soñar.
Una noche una hermosa jovencita humana viajo sin descanso hacia el reino.
Seis semanas antes, habían partido sus familiares en su circo ambulante a otros reinos, pero ella se quedó atrás.
Estaba enamorada del más hermoso de los pasatiempos, el Arte.
-¿Que le ve de interesante? - Se preguntaban otras jovencitas con envidia.
La joven (T/N)______ se fue de su hogar para viajar por todo el mundo y conocer sus maravillas.
Navego durante todo el día y al caer la noche llegó al reino. Caminando al centro de la plaza.
-¿Dónde buscaré un abrigo? -se dijo-. Supongo que en el reino habrá donde hospedarse
Entonces divisó la estatua sobre la columnita.
-Voy a cobijarme allí -gritó- El sitio es bonito. Hay mucho aire fresco.
Y se dejó caer precisamente entre los pies del Rey Arturo. Reposando sus pertenencias también.
-Tengo una habitación dorada -se dijo felizmente, después de mirar en torno suyo. Se cubrió con una manta hecha de lana suave y blanca como la nieve.
Y se dispuso a dormir.
Pero al ir a colocar su cabeza bajo el rey, le cayó encima una pesada gota de agua.
-¡Qué curioso! -exclamó-. No hay una sola nube en el cielo, las estrellas están claras y brillantes, ¡y sin embargo llueve! El clima de Britania es verdaderamente extraño.
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¡ハッピープリンス! (Arturo Pendragon x Lectora)
FanfictionUna bella estatua dorada se encontraba en el centro del bello reino de Camelot. Para honrar las hazañas de su antiguo rey, construyeron un monumento para el. Pero con el paso del tiempo ya todos poco a poco olvidan a su querido rey. Pero siempre adm...