Nada Sigue Igual

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Allí en el colchón nos fuimos acercando poco a poco.

Nos besamos y todo lo que vino después lo tengo bastante borroso pero me puedo imaginar lo que pasó.

Al despertarme a la mañana siguiente, tenía un gran dolor de cabeza y muy poca ropa encima, al igual que Mimi.

-Mimi despierta- Le dije mientras le removia el brazo.

Ella soltó un pequeño gruñido pero no se despertó, así que me levanté de la cama para buscar mi ropa e irme.

Tuve la mala suerte de que me resbale al pisar la sábana y me cai haciendo un poco, bueno un poco bastante, de ruido.

Mimi se removió en la cama y recé internamente para que tampoco se despertase esta vez, pero claro soy Miriam Rodríguez, la suerte últimamente no esta de mi parte.

-¿A dónde vas Miri? - preguntó ella con la voz ronca.

Uf es que encima me había llamado Miri con esa voz. ¿Cómo cojones me iba a ir ahora?

-A ducharme, duerme tranquila- dije intentado convencerla

-¿Miriam, te ibas a ir? - Preguntó un poco más seria.

-¿Qué pasó anoche?

Se sento en la cama, tapándose y agachó la mirada un poco apenada.

-Supongo que nos acostamos -Me respondió.

-Mimi yo... - No pude acabar porque me cortó.

-Miriam, no hace falta que lo digas. Sé que para ti ha sido un error. Estabas muy borracha y muy afectada por lo de Pablo y perdiste la cabeza. Tranquila, lo entiendo.

Me senté en la cama y la miré fijamente.

-Gracias Mimi

Ella hizo un gesto quitándole importancia y sí, ahí sí. Me levanté a buscar mi ropa para ir a mi habitación, ducharme y bajar a desayunar con el resto.

Cuando llegue al comedor, instintivamente empecé a buscar a Mimi por allí. Ni rastro de ella, así que me acerqué a preguntarle a Ana si sabía algo.

amor venenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora