Un Único Recuerdo

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Sólo recuerdo que estoy tumbada en una cama dura, no se donde estoy o quien soy, siento ruido, gente andando por un pasillo, escucho una melodía que no pongo nombre, todo eso me abruma, hay veces que se cesa y me siento tranquila.

Todas las tardes viene un hombre, un caballero, me trae una flores con un olor muy especial, creo que son mis favoritas; él me apoda todos los días, me llama "Su lirio" o "Su amapola", incluso "Su rosa negra". Adoro esas tardes en las que me lee mis novelas favoritas de Lovercraft, además me lee poesía de Poe, es tan reconfortante, oler esas flores escuchar esa música clásica, me ruboriza cuando intenta bailar conmigo, aunque la habitación no es tan grande, pero se siente muy bien como bailamos al compás, me es agradable, pues nadie más viene a verme en esta caja de cartón.

Hay un recuerdo, un dolor que me hace mella, fue el día que me puso delante del espejo del cuarto de baño, y me dijo :" Abre esos preciosos ojos color verde", y si, los abrí, y no vi a nadie a mi lado, no le vi a él, no me vi ni a mí, cara a cara frente a un espejo y no veía nada, solo oscuridad, y hay es cuando me di cuenta de que, querida eres ciega. Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió, unos pequeños pasos se acercaban y corrió hacia él, esa voz dulce, cálida de primavera, aquella palabra que dijo resonó en mi mente, pero más me torturo cuando me soltó un "mamá" y corriendo hacia mí y se me abrazo.

En ese momento recordé todo, recordé porque me quedé ciega, fue como si volviera al coche, volviera al terror de esa situación, ver a ese niño con la pelota en mitad de la carretera, ese giro de volante, no ver ese árbol y como sentir que mis gafas por el hervás se clavarían en mis ojos; cuando me di cuenta, estaba mojando a mi hija, con mis penas y mis lágrimas, no recuerdo su nombre, ni su cara, por más que le toco esa cara suave, tan suave como la de una muñeca de porcelana, ese pelo largo, sedoso.

Esa noche la pasé en vela, me quedé tumbada en esa dura tabla que le llaman cama, no podía dormir, mis pensamientos de, ¿Quién era él?, ¿Era mi esposo?, justo, solo justo en ese momento, llegó uno persona, y soltó cortando mi pensar "-Vives en el pasado, ¿Quieres cambiarlo?, solo tomate esto y todo tus males cesarán, mañana será un nuevo día -". Decidí hacerle caso, con un trago de agua entró muy bien ese tranquilizante, sentí que mi cuerpo pesaba, y mi mente ya no era consciente, caí profundamente en lapsus.

Recuerdo a mi hija, su nombre, ese nombre igual que el mío, mi querida Annette, ese pelo moreno, esos ojos color miel, justo antes del accidente, se que iba para su cumpleaños.
Recuerdo la última vez que me vi, mi pelo rubio ondulado, mis ojos verdes oscuros frente al espejo de la entrada de mi casa, pero... A él no lo recuerdo. Recuerdo el día del nacimiento de mi hija, un 13 de abril, un día lluvioso, esa carita preciosa, recuerdo no poder llorar más de felicidad. Incluso me viene a la mente el día de mi boda, un precioso 18 de noviembre, con mi vestido negro de encaje, tipo victoriano, y ahora le vi, recordé perfectamente a todos, ese día, iba en coche de caballos, hasta el convite, cuando llegamos, él, ese hombre con pañuelo, esa chaqueta abierta, su pelo negro, y esos ojos azules, ¡era perfecto!, me cedió su mano para bajar del coche. Cuando entramos al lugar todos aplaudieron, vi a mi dama de honor y mi mejor amigo, mejor dicho, mi familia, al fondo de la multitud, vi al fondo al amor de mi vida, rubio plata, esos ojos azules. En ese instante empezó a sonar nuestra canción de boda "Allerdale Hall", como no recordé los vals que baila con él, ese compás y en el momento justo de la canción, empezó a llover pétalos de rosas de color negra y roja, una sensación única, cuando empezó a llover, un grupo de personas bailaban al compás con sus parejas, dejándonos en medio, mientras nos rodeaban, tan único; me quedo sin espacio, ahora se porque me leía esos poemas y esos libros góticos, ahora se porque lo elegí, pero ahora que recuerdo todo, ya no puedo volver.

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